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Verdades grandes y chicas

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AGUSTÍN ITURRALDE
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Onetti decía que de las formas de mentir la más repugnante de todas es decir la verdad pero ocultando el alma de los hechos. Hay una parecida que me molesta especialmente: poner el foco en las verdades pequeñas para esconder las grandes.

Aunque parezca una locura no todas las verdades son iguales. Hay verdades mucho más significativas que otras para entender cómo funcionan las cosas. Un recurso cada vez más de moda para que la verdad se ajuste a los prejuicios es poner el foco solo en una parte, lo cual se vuelve problemático cuando esta es una realidad chiquita al lado de otras.

El crecimiento económico ha sido la gran explicación de la mejora material de la humanidad, en especial de la reducción de la pobreza extrema. Esto no quiere decir que la distribución de la riqueza o las políticas sociales no importen. Pero no está bien que estas variables se usen para tapar una verdad anterior: el crecimiento económico permite mejores políticas sociales. Cuando miramos la caída de la pobreza en Asia esto se vuelve muy claro. Está bien complejizar el análisis, siempre que no se busque opacar lo principal.

La emisión de dinero fue la verdadera razón de todos los procesos mega e hiperinflacionarios. Decir que esta no genera inflación necesariamente es una verdad pequeña, que pretende ocultar una mucho más grande.

La emisión desmesurada solo no causa inflación en contextos muy específicos que impliquen una caída de la velocidad de circulación del dinero. A la larga, la verdad central se termina imponiendo sobre los tramposos de la retórica.

Hace algunos días había quienes pretendían explicar las diferencias de política fiscal en pandemia entre Uruguay y Alemania en función de las preferencias políticas de sus gobiernos por impuestos directo o indirectos. Alguna cosa se puede decir sobre eso, pero la gran explicación sin dudas es otra. Alemania acumulaba 8 años de superávit fiscal cuando esto empezó; Uruguay tenía el mayor déficit en 30 años. Esa es la verdad grande que explica las diferencias entre lo que hacen Alemania y Uruguay.

Un ejemplo por fuera de la economía. La enorme mayoría de la violencia intrafamiliar es cometida por varones. Esto no quiere decir que no haya mujeres violentas o grupos feministas que cometan excesos. Pero pretender usar eso para quitar el foco del hecho de que los varones tienen una probabilidad de morir a manos de su pareja mujer ínfima en comparación con las mujeres, es una tontería.

En cada gran verdad puede encontrarse varias verdades accesorias más pequeñas que muchas veces sirven para ocultar la mayor. No siempre es por mala fe, pueden ser meras diferencias de opinión. Muchas veces no hay consenso en cuál es la verdad más potente para explicar muchos temas complejos. En otros casos es un reduccionismo por ignorancia, por aquello de que quien tiene un martillo solo ve clavos.

Mi reclamo va hacia quienes sistemáticamente usan estas verdades pequeñas como trampas en la discusión pública. Quienes buscan enredar las cosas para no hablar del elefante en la habitación. Este es un recurso cada vez más común de parte de académicos e intelectuales lo suficientemente inteligentes como para no incurrir en burdas mentiras.

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