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La antigrieta

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agustín iturralde
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Hemos importado desde el otro lado del río muchas cosas: desde hace un tiempo se puso de moda hablar de la grieta. El concepto no aplica en el sentido argentino, sin embargo sí parece haber algunos síntomas de una grietita a la uruguaya

El director de Equipos Consultores presentó, en una actividad del Centro de Estudios para el Desarrollo, algunos datos que efectivamente mostraban un mayor grado de polarización. Zuasnabar mostró cómo hoy en día el votante del gobierno es mucho más oficialista y el votante de la oposición mucho más opositor de lo que solía ser.

Este dato, junto con algunos otros como la caída moderada de la satisfacción con la democracia, debería hacernos prender alguna luz de alerta. Nuestra democracia es sólida pero no invulnerable. A la democracia se la construye todos los días.

Desde el martes a la noche la posibilidad de firmar un TLC con China es el tema dominante de la agenda. No es para menos, se trataría de la principal novedad en materia de inserción internacional en décadas. Pero esta columna no es sobre inserción internacional, me interesa destacar la oportunidad de que este tema sea la antigrieta.

La postura del gobierno pasado y del actual en el tema inserción internacional es básicamente la misma. Intentar un Mercosur más abierto y flexible y tratar de poner en la mesa acuerdos con otros actores globales, en particular un potencial acuerdo con China estuvo en discusión durante el gobierno de Tabaré Vázquez en 2017. Sin dudas este gobierno le puso otra energía y celeridad al tema; está obsesionado en destrabar la agenda luego de décadas; pero la diferencia es de énfasis político y no de visión de fondo.

Hay pocos temas como este en los que tenemos la oportunidad de plantar al país en clave de unidad nacional. Es un tema estratégico en el que se nos va la vida, las decisiones que se tomen impactarán más allá de este período de gobierno y no hay diferencias sustanciales en el camino que gobierno y oposición defendieron. Veremos qué pasa y qué postura toma la oposición en el tema. Dentro del Frente Amplio es claro que sí hay diferencias sustanciales en el tema. El virtual consenso parece incluir a toda la coalición y a una parte del Frente Amplio.

La unidad nacional será clave en los desafíos que se vienen. Vivir es asumir riesgos y claro que este camino que Uruguay está emprendiendo no está exento. Yo visualizo tres elementos a ser seguidos con atención. Primero la gestión de los perdedores de un potencial acuerdo. No tengo dudas que tenemos mucho más para ganar que para perder, por eso mismo es clave no dejar atrás a nadie. Segundo, la tensión evidente en el Mercosur. El país está aprovechando muy bien una ventana de oportunidad que se abrió y no sabemos cuánto durará. Ojalá todos vean este tema en clave de interés nacional y más allá de afinidades políticas regionales.

Tercero y último, la geopolítica de China. Un actor de esta escala juega otros partidos globales. Debemos avanzar con conciencia de estas implicancias.

En pocos temas como este tenemos una oportunidad de alinearnos en unidad nacional. La necesidades del Uruguay y las complejidades del asunto así lo requieren. Ojalá estemos a la altura.

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Agustín Iturralde

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