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El parto del anti-Trump

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claudio fantini
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A pesar de haber invertido 500 millones en el parto, la candidatura de Michel Bloomberg nació muerta. Y a pesar del esfuerzo de Elizabeth Warren para mostrar un izquierdismo menos divisivo que el de Bernie Sanders, sus agonizantes aspiraciones finalmente expiraron.

El “Supermartes” sacudió bruscamente el tablero de las primarias en el Partido Demócrata y, de ahora en más, sólo habrá dos jugadores.

Al imponerse en nueve estados, incluidos los robustos Massachusetts y Texas, Joe Biden despertó de golpe y avanzó varios casilleros, situándose por delante del único aspirante que usa la palabra “socialista”. Pero el viejo senador quedó en carrera porque además de Utha, Vermont y Colorado, ganó en la crucial California.

Ahora la pulseada es entre el progresismo radical y el extremo centro, y también entre el “voto útil” y el “voto puro”.

La casi totalidad de los demócratas que apoyen a Sanders lo harán por identificación con su discurso purista y con lo que representa en el arco político norteamericano. En cambio muchos de los que voten a Biden lo harán a pesar de sus posiciones vaporosas, sólo para asegurar el triunfo sobre Trump, guiados por la vieja regla según la cual los candidatos radicales espantan el mayoritario voto del centro.

No está del todo claro cuál es más competitivo en estos tiempos marcados por el emerger del anti-sistema y la decepción con las dirigencias convencionales. Probablemente lo sea el senador por Vermont. Pero lo seguro es que el Supermartes dejó mejor parado a Biden.

Al abandonar sus respectivas campañas, anunciaron su respaldo al exvicepresidente la joven estrella política de Indiana, Pete Butigieg, y la respetable centrista Amy Kolbuchar, además de Bloomberg, quien pidió a sus seguidores que apoyen al candidato que representa el ala moderada y pro-sistema del partido. La senadora por Massachusetts, en cambio, anunció que declinaba su precandidatura pero sin expresar apoyo a uno u a otro.

Lo que más a su favor tiene Joe Biden a partir de su resurrección en el Supermartes, es que con la elección de su acompañante en la fórmula puede garantizarse el respaldo de todo el arco demócrata en el duelo contra Donald Trump. Si le ofreciera a Elizabeth Warren ser su vicepresidenta, no sólo podría llevar en la papeleta una mujer lúcida y vigorizante, sino también una contundente razón para que lo acompañe el voto de izquierda.

Otra gran posibilidad de encabezar una fórmula atractiva está en ofrecer la vicepresidencia a Michelle Obama, admirada por gran parte de los norteamericanos según las encuestas.

Tanto la senadora Warren como la exprimera dama resultarían vitamínicas para una fórmula encabezada por Biden. Y la verdad es que una fórmula encabezada por Joe Biden va a necesitar vitaminas.

En el caso de Sanders, por su posición tan radical para lo que es la política en los Estados Unidos, necesitaría si o si a una figura que represente el centrismo y la moderación. Warren no le aportaría apoyo del centro porque también ella representa un izquierdismo definido. Sí se lo aportaría Michelle Obama, pero a Sanders no le sería fácil convencerla.

Obviamente hay muchas otras figuras para el segundo lugar en la fórmula demócrata. Por caso, el inteligente Pete Butigieg, o Tom Steyer, el otro millonario del Partido Demócrata. No obstante, enfrentar a un hombre que, como Trump, colecciona denuncias de acoso sexual y ha dado muchas pruebas de su misoginia, parece indicar que lo mejor para la papeleta demócrata sería una mujer para la vicepresidencia.

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Claudio Fantini

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