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Los puntos ciegos

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Cuáles son los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad? En cualquier parte del mundo en donde hago esta pregunta, escucho respuestas bastante similares: la falta de educación y oportunidades, la pobreza, la desigualdad, la violencia y la guerra, la degradación ambiental.

Cuáles son los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad? En cualquier parte del mundo en donde hago esta pregunta, escucho respuestas bastante similares: la falta de educación y oportunidades, la pobreza, la desigualdad, la violencia y la guerra, la degradación ambiental.

Pero estar de acuerdo en que existe un problema no es lo mismo que saber cómo solucionarlo. Esto requiere tomar algunas decisiones difíciles, incluyendo dar un paso atrás a la hora de gastar dinero en cosas que no funcionan, apostando por investigar posibles alternativas, y priorizar aquellas intervenciones y políticas que consiguen mejores resultados.

Durante una década, el Consenso de Copenhague ha hecho una serie de investigaciones y estudios únicos sobre posibles soluciones a los principales problemas y desafíos a nivel nacional, regional y mundial. Estas investigaciones revelan áreas en las que a menudo, y erróneamente, pensamos que tenemos todas las respuestas. Todos piensan en que mejorar la calidad de la educación es fundamental, y un gran número de donantes -públicos y privados- invierten dinero con este objetivo.

Perú tuvo buenas intenciones cuando trató de mejorar los resultados de la educación a través del famoso programa de un ordenador portátil por niño, One Laptop per Child. Recibió un tercio de las computadoras distribuidas en el mundo a través de este programa. Un ensayo controlado aleatorio concluyó que no se había producido “ningún impacto sobre el rendimiento académico o las habilidades cognitivas”, y los profesores informaron que los niños a quienes se les había entregado un ordenador portátil se esforzaban menos que el resto. Estudios similares han arrojado resultados parecidos o muy escasos con respecto a la donación de libros de texto, la construcción de nuevas bibliotecas o el aumento en los salarios de los profesores.

Sin embargo, hay otros modos de mejorar el rendimiento educativo. Puede parecer que las intervenciones nutricionales no tienen relación, pero aseguran que los niños que reciben los nutrientes que necesitan evitan infecciones por lo que mejora el rendimiento.

En Guatemala se puso en marcha un experimento sobre nutrición en 1969, en el que se estudió a niños en edad preescolar de varios pueblos que contaban con una dieta rica y se les comparó con niños de comunidades vecinas, que contaban con una dieta más pobre. Treinta y cinco años más tarde, al observarles en edad adulta, las diferencias fueron sorprendentes. Los niños con una buena nutrición que no contaban con retraso en el crecimiento a los tres años de edad, permanecieron en la escuela más tiempo y desarrollaron mejores habilidades cognitivas en edad adulta. Tenían más posibilidades de encontrar trabajo y ganar salarios más altos; contaban con un mejor desarrollo físico y mental, lo que les hacía más aptos para puestos de trabajo tanto manuales cualificados como administrativos.

Existen otras preocupaciones importantes igualmente difíciles de abordar, entre ellas el matrimonio infantil. Las medidas aparentemente obvias para combatirlo, como prohibirlo o decirle a la gente que no lo haga, raramente funcionan. La mayoría de los programas destinados a frenar el matrimonio infantil no han sido objeto de una rigurosa investigación, sin embargo, abordar de forma indirecta el problema puede funcionar. Intervenciones para mejorar la educación de las niñas, facilitando las oportunidades para las mujeres a la hora de tener negocios o heredar la riqueza, han demostrado que pueden ayudar. En el sur de Bangladesh, desde el año 2008 al 2010, el aceite de cocina se distribuyó a los padres de las jóvenes solteras de entre 15 y 17 años, bajo la condición de que un supervisor confirmara que las chicas seguían estando solteras. Por cada dólar gastado, se alcanzaron aproximadamente 4 dólares en concepto de bien social.

Otra gran preocupación -de la que sabemos menos de lo que pensamos- es la pobreza. Las transferencias de dinero condicionales e incondicionales, que básicamente significan dar dinero en efectivo u otro tipo de asistencia a los pobres, son muy populares. Hasta el momento, solo tenemos pruebas evidentes de que estos beneficios duran alrededor de 3 años, lo que significa que la cantidad total de beneficios es de 84 centavos por cada dólar gastado. Es evidente que se trata de un mal uso del dinero. Una vez más, un planteamiento indirecto es demostrativamente más eficaz.

El incremento en las oportunidades de intercambio comercial reduce sin duda la pobreza. Si se llevaran a cabo las negociaciones de la Ronda de Doha para liberalizar el comercio mundial, se reduciría el número de pobres en la sorprendente cifra de 145 millones en 15 años según datos del Consenso de Copenhague. El mundo sería 11 billones de dólares más rico cada año en 2030, con 7 billones de dólares para los países en desarrollo, equivalentes a un extra de 1.000 dólares por año y por persona en estos países para el 2030. Es fácil sobreestimar las certezas y pasar por alto las áreas en las que se necesita más investigación. Áreas como la educación y el empoderamiento de la mujer son demasiado importantes como para aceptar que las buenas intenciones podrían ser suficientes.

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Bjorn Lomborg

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