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Que no lo sepan en Finlandia

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Mientras Tabaré Vázquez trata en Finlandia de convencer a los directivos de UPM que tendremos trenes aptos para transportar la celulosa de una nueva planta, el gremio de AFE sigue mostrando quién es el real dueño del ferrocarril uruguayo.

Mientras Tabaré Vázquez trata en Finlandia de convencer a los directivos de UPM que tendremos trenes aptos para transportar la celulosa de una nueva planta, el gremio de AFE sigue mostrando quién es el real dueño del ferrocarril uruguayo.

Un gremio, la Unión Ferroviaria (UF), que desde hace una década traba todo intento de modernizar AFE y es un ejemplo del desmedido poder de los sindicatos en la era del Frente Amplio.

Días antes de que Vázquez viajara a Helsinki, la UF, en guerra contra la privatización, mostró sus uñas en un episodio que parece salido de una historieta y que ojalá no se conozca en Finlandia. Sus víctimas fueron 156 turistas bajados de un crucero para ir en tren a Juanicó a visitar bodegas. Ese tren -el único limpio y bien pintado que recorre nuestras vías- está a cargo de un grupo privado, la Asociación Uruguaya de Amigos del Riel, que lo contrata para paseos. El tren con turistas no salió por un paro de la UF.

¿Por qué el paro? Veamos la historieta. En su intento por recuperar AFE, el gobierno creó tiempo atrás una empresa de derecho privado para ocuparse del transporte de cargas. Irritada, la UF pidió a sus miembros que no se unieran a esa empresa porque aparte de las ventajas que les ofrecían por hacerlo perdían su estatus de funcionarios públicos. Solo unos pocos aceptaron pasar a la nueva empresa. El lío se originó cuando uno de los que pidió pase denunció un intento de sabotaje contra una locomotora. En tanto AFE investiga la denuncia, el gremio le declaró el boicot al denunciante y amenazó con parar las maniobras si ese trabajador volvía a su tarea. El denunciante lo hizo el día que llegaron los turistas y la UF decretó el paro.

Ni la ministra de Turismo ni el de Transporte pudieron hacer nada por los 156 turistas burlados por un gremio de apenas 500 afiliados, pero capaz de ponerle el palo en la rueda a los cambios en AFE. Lo hicieron en el primer gobierno de Vázquez cuando este quiso formar una sociedad anónima a cargo de los trenes y la UF lo bloqueó al grito de “¡no a la privatización!”. Y lo repitió durante el mandato de José Mujica, quien había prometido que “en dos años habrá trenes de carga circulando a 60 kilómetros por hora”.

Es cierto que Mujica intentó superar la oposición sindical y rescatar a AFE de la inopia. Hasta viajó al País Vasco y a China en busca de inversores, pero fracasó entre otras razones por la actitud de la UF, capaz de ahuyentar al capitalista más osado. Así se llegó a la calamitosa situación actual en donde este ente deficitario, sostenido con un aporte anual de 20 millones de dólares que pagamos todos, está transportando volúmenes de carga reducidos a sus mínimos históricos.

Lo notable del caso es que las gestiones oficiales siempre se acompañaron de anuncios tan optimistas como irreales sobre el tema. El último asegura que en ¡36 meses! se recuperarán las vías férreas que le interesan a UPM. Es un anuncio tan irreal como aquel proyecto del “Tren de los Pueblos Libres”, forjado por Mujica con Cristina Kirchner para unir las capitales del Plata, que terminó dejando a los pasajeros en el andén, tal como ocurrió con los turistas del crucero.

Menos mal que el crucero no venía de Finlandia.

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Antonio Mercader

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