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“Prescindencia de la República”

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Hace unos meses me quejé de los horrores que suelen publicarse en la página web de Presidencia de la República (www.presidencia.gub.uy) aduciendo que en ella se juega la imagen del gobierno uruguayo y en buena medida la del país y su cultura. En aquel momento me había sublevado ver el nombre y el apellido del prócer mal escritos como “José Gervacio Aritgas”, por lo que exhorté a los responsables de la página a ser más cuidadosos con la mención de los nombres y en general con el idioma castellano.

Hace unos meses me quejé de los horrores que suelen publicarse en la página web de Presidencia de la República (www.presidencia.gub.uy) aduciendo que en ella se juega la imagen del gobierno uruguayo y en buena medida la del país y su cultura. En aquel momento me había sublevado ver el nombre y el apellido del prócer mal escritos como “José Gervacio Aritgas”, por lo que exhorté a los responsables de la página a ser más cuidadosos con la mención de los nombres y en general con el idioma castellano.

Lo que vino después confirma que mi prédica no tuvo efecto ni siquiera para lograr que se escribieran bien nombres relevantes en instancias que requieren del redactor al menos un poco de sensibilidad. Por citar el ejemplo más grave, en esa página se editó la resolución que comunica a la Asamblea General el decreto de duelo oficial por la muerte del “Dr. Jorge Batlle Ubañez”(25/10/16). Que esta tendencia a la falta de respeto no reconoce colores partidarios lo probó también la redacción del decreto de duelo oficial por el fallecimiento del ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Hidoboro” (5/8/16).

Si lo de “Ubañez” e “Hidoboro” son descuidos imperdonables; tampoco son admisibles los desaciertos que afectan a los vivos, más aún cuando se trata de gobernantes. Un decreto reciente, del 04/19/16, nombra ministro interino de Economía al subsecretario Pablo Ferrari que, como todos saben, se apellida Ferreri. Si eso pasa con el ministro de Economía poco cuesta imaginar lo que sucede con funcionarios de menor rango cuyos nombres, apellidos y cargos cuesta adivinar entre un mar de gazapos.

Otras gemas de la página presidencial se ocupan de las relaciones exteriores con brutal imprecisión en la escritura del nombre oficial de países tan notorios y cercanos como Brasil, al que se presenta como República Federación del Brasil (debió escribirse Federativa, obviamente) en una resolución del 4/7/16. Algo similar ocurre con el acuerdo con “el Gobiernos del Reino Unidos de Gran Bretaña e Irlanda del Norte” (5/9/16). Por menos que eso algún país quisquilloso elevaría una queja diplomática como la que ameritaba designar oficialmente como Raid -en vez de Riad- a la capital de Arabia Saudita, un país cuyos gobernantes detestan las fallas de protocolo.

Se descuenta que nada de esto es deliberado y que errar humanum est, pero de todos modos parecería que los encargados de la página se pasan de distraídos. Tan es así que cuando intentan corregir algo vuelven a equivocarse y redoblan la confusión. Para los que crean que exagero transcribo, del 8/8/16, el “proyecto de decreto por el cual se elevan los antecedentes conteninedo (sic) errores y omisiones detectados con sus correspondienets (sic) correcciones en el artículo 65 de la ley 19.935”. Si así se intenta corregir el artículo calculen cómo será el tropel de yerros del original.

Por último están los risibles errores de tipeo. “Minsitros” por ministros, “decroto” por decreto, “gobirno” por gobierno”, “Estao” por Estado, y hasta “Presdencia” por Presidencia de la República. Si siguen prescindiendo de los controles sobre lo que se escribe, en cualquier momento a esa página web la titularán “Prescindencia de la República”.

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Antonio Mercader

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