El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu denunció ayer el acuerdo sobre el programa nuclear iraní que se está negociando en Lausana (Suiza), el que confirmaría, según él, la impunidad de Irán en Yemen, asolado por una guerra civil planteada por los hutíes chiítas.
Al menos 40 civiles murieron ayer y 200 resultaron heridos en un ataque aéreo que golpeó un campamento de desplazados en el noroeste de Yemen, en el quinto día de la operación militar árabe contra los rebeldes chiitas respaldados por Irán.
El conflicto en Yemen se extendió ayer con la toma por parte de los rebeldes chiitas del aeropuerto de Taez, ciudad que abre la vía hacia Adén donde se halla refugiado el presidente del país.
Al menos 142 personas murieron ayer en tres atentados suicidas contra dos mezquitas de la capital de Yemen, Saná, que fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El Estado Islámico reconoció su participación en los tres atentados contra mezquitas en Yemen ocurridos este viernes. Hay también unos 350 heridos.
El apoyo que Irán brindó a los rebeldes chiitas en Yemen contribuyó a que la milicia de los hutíes tomara el poder, dijo este martes en el congreso el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.
"Yemen colapsa ante nuestros ojos", declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ante el Consejo de Seguridad ayer mientras pedía que se tomaran iniciativas para evitar que el país cayera en la anarquía.
El enviado de la ONU, Jamal Ben Omar, aseveró ayer que Yemen se encuentra "al borde de una guerra civil", en una jornada en la que Estados Unidos, Reino Unido y Francia decidieron cerrar las propias embajadas en Saná, mientras Alemania e Italia les pidieron a sus ciudadanos que abandonen ese país.
En las últimas horas las embajadas de varios países fueron provisoriamente cerradas en Yemen y fueron evacuados personal diplomático y sus familias, debido a que por la situación del país consideran que el personal y los locales de las embajadas "están en peligro".
Las milicias chiitas aceptaron ayer reanudar el diálogo hoy bajo la égida de Naciones Unidas, después de que los principales partidos políticos yemeníes, la ONU, Washington y las monarquías del Golfo rechazaran su golpe de fuerza en Saná.