Wall Street cerró el pasado viernes una jornada de trámite, de horario reducido tras Acción de Gracias, en la que los inversores miraron de reojo el desarrollo del "Viernes negro", termómetro del consumo en EE.UU.
Los mercados bursátiles vivieron un "viernes negro" con fuertes caídas, tras datos negativos de la economía china que abre nuevas interrogantes sobre su situación. El petróleo volvió a bajar y el oro, activo considerado como refugio, tuvo la mayor suba semanal desde enero.