Una obra que toca un tema que parece ya muy tratado, y que sin embargo aporta mucho, tiene mucho para decir. Un judío común y corriente dio su primera función montevideana el jueves pasado, ante un auditorio atento y lleno de gente.
Es uno de los directores argentinos de teatro que más espectadores ha convocado a las salas. Y de los que más ha trabajado en Uruguay, tanto trayendo sus puestas porteñas como desarrollando producciones locales.
El actor llega en mayo al Auditorio Nelly Goitiño.