El taxidermista Daniel Cóppola terminó su labor en una de las piezas que se rematara en el salón de Bavastro de la Ciudad Vieja, en agosto de 2014, y fuese adquirida —junto a otros 22 lotes entre más de 130— por un estanciero de Tacuarembó. Se trataba de un cuero-alfombra de leona con su cabeza.