La violencia en Irak acabó con la vida de al menos 12.282 civiles en 2014, lo que lo convirtió en el año más mortífero desde los hechos de violencia sectarios de 2006/2007, dijo Naciones Unidas. La mayor parte de las muertes —casi 8.500— ocurrieron durante la segunda mitad del año tras la expansión de la insurgencia musulmana suní de Estado Islámico en junio fuera de la provincia de Anbar, lo que llevó a enfrentamientos generalizados con fuerzas de seguridad. "Nuevamente, el ciudadano común iraquí sigue sufriendo por la violencia y el terrorismo (...) Este es un estado de cosas muy triste", comentó el jefe de la misión política de la ONU en Irak, Nickolay Mladenov.