La salvación de la extinción del rinoceronte blanco del norte, especie de la que quedan solo dos hembras en Kenia, pasa por una doble vía según el proyecto del alemán Instituto Leibniz, que combina tecnología reproductiva y uso de células madre.
Sudán, el último macho de la subespecie, fue sacrificado por su avanzada edad, aunque los científicos buscan clonarlo para “revivir” sus ejemplares.
La rinoceronte blanca de 41 años se llamaba Nola y estaba en un zoológico de Estados Unidos, donde hacía unos días venía siendo atendida por veterinarios.