Hace una semana un hombre murió de hipotermia en una plaza y encendió una polémica que se reedita cada año. Hay más de 550 personas que duermen en la calle y se niegan a ir a un refugio. Sus argumentos son los de siempre: que les roban, que están mejor bajo el rocío de la noche. El Mides ha redoblado esfuerzos, pero el problema persiste.
Cinco madres y 11 niños sufren el cierre de un refugio al que no se le renovó el convenio con el Mides. Se quedarán allí hasta último momento, anuncian. La incertidumbre alcanza al personal despedido, que se despacha en contra de los criterios oficiales y el "negocio de la pobreza".
La ministra de Desarrollo Social aseguró que siguen todos los casos en que personas en situación de calle han muerto desde que comenzó el frío este año. Los trabajadores del Mides están comprometidos con su tarea, pero muchas personas no quieren ir por sus mascotas o sus parejas.
Fue una situación trágica de la cual nos hacemos responsables", dijo la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, tras el consejo de ministros, al anunciar que un hombre en situación de calle falleció este fin de semana presumiblemente de hipotermia. El último caso se había dado en septiembre de 2013.
Arismendi indicó que el hombre había sido abordado varias veces por el equipo del Ministerio que atiende a personas en situación de calle, pero que no habían logrado que fuera a un refugio.