En una oportunidad, el duque de Edimburgo piropeó a su esposa Isabel en público, en una demostración de afecto inusual para la pareja real
Cuando Jaime Roos escribió: "Si quisiera decirte lo más bello que evoco/usaría tu nombre si no te ofendes por el piropo", manifestaba un halago, pero enseguida, de algún modo, pedía disculpas, por si acaso.