El asunto de los "Panamá papers" permite reflexionar sobre muchos dislates que su divulgación deja oír todos los días. En primer lugar, estaría bueno dejar de hablar de investigación periodística.
La abogada y especialista en temas de cumplimiento antilavado de activos dijo en entrevista con El País que “Panamá no es un reservorio de sociedades fantasmas. Hoy en día no es posible tener sociedades panameñas con acciones al portador (donde no se sabe quién es el propietario) sino que las mismas deben ser nominativas.
El “ahorro” de personas y empresas a fin de 2015 creció 1,9% frente a 2014.
El BCU revisa sus vinculaciones con el sistema financiero internacional.
Si hay algo que ha sido evidente en la economía global de los últimos años es la enorme demanda de capital privado para inversiones inmobiliarias.
Operativos en estudios jurídicos requisaron documentación y se investiga a las empresas.
La difusión a nivel mundial de los Panama Papers cayó co-mo leña al fuego. Las redes sociales y la expan-sión casi universal de los medios que nos permiten recibir y reproducir todo tipo de informaciones, está potenciando, junto al periodismo de calidad y la divulgación de datos e ideas útiles para la vida humana, la más bajas y mundanas de las pasiones.
Los más de 11 millones de documentos que una fuente filtró del estudio Mossack-Fonseca desnudaron las fortunas escondidas de famosos y pusieron en jaque a varias personalidades con poder.
El apodo que Uruguay recibió a principios del siglo XX sigue vigente. El país copió lo mejor y también lo peor de su modelo europeo, y ahora sufre las consecuencias. Los "Panamá Papers" demostraron la importancia de los uruguayos en la industria de las offshore, como mediadores y clientes.
Frank Underwood, el personaje interpretado por el actor, se "pronunció" sobre el caso de David Cameron, el primer ministro británico que está siendo criticado por haber tenido una empresa off shore en Panamá.