El Hospital Roosevelt, uno de los mayores de Guatemala, se encontraba ayer jueves "vacío" por el temor a otro ataque pandillero como el del miércoles, que dejó siete muertos y una docena de heridos, entre ellos un niño de 4 años con un tiro en la cabeza.
El martes 21 de enero a las diez de la mañana, el Diablo aún no estaba muerto. Hizo de guía para El País en una colonia controlada por su pandilla, la Mara Salvatrucha.