El buen tiempo incrementa los viajes de refugiados desde Libia a Italia; buscan soluciones.
Un niño sirio de dos años se ha convertido en el primer refugiado del año que pierde su vida en aguas del mar Egeo, al estrellarse un bote neumático con otras 39 personas contra las rocas de la isla de Agathonisi, informó en un comunicado la ONG Ayuda Marina al Migrante (MOAS, por sus siglas en inglés).
Los ministros de Defensa de la Unión Europea (UE) discutieron en Bruselas, el jueves pasado, pasar a la fase dos de la operación naval comunitaria contra las mafias que trafican con inmigrantes en aguas del Mediterránero, consistente en la captura y eliminación de los barcos involucrados, así como la detención de los traficantes de personas.
El centro de inmigración, un conglomerado de edificaciones prefabricadas rodeadas de filas de rejas y alambre de púas, volvió a llenarse en una noche reciente, dejando a cientos de familias, algunas con niños, para encontrar un lugar entre los montones de basura acumulados afuera. Los baños estaban obstruidos y la temperatura superaba los 32°C. Había moscas y mosquitos por todas partes.
En los doce meses del 2014, la totalidad de fallecidos fue de 3.279. La Organización Internacional para las Migraciones considera inaceptable que en pleno siglo XXI las personas deban pasar estos terribles sucesos.
El sol apenas se había puesto cuando una mujer eritrea de 23 años que se identificó solo por el nombre de Akbrat comenzó a escalar la reja que marca el entorno de la entrada al lado francés del Eurotúnel, junto con decenas de hombres y mujeres.
El tren que pasa con estruendo a lo largo de la empinada costa franco-italiana, transportando a turistas de un poblado pintoresco a otro, no llevó muy lejos a Abdulhakim Kabeto.
Golpeada a diario por el drama sin cesar de miles de migrantes ilegales que llegan a sus costas —el gran impacto lo reciben Italia y Grecia, pero el problema tiene profundas repercusiones sociales en otros países— la Unión Europea (UE) dio dos pasos decisivos en los últimos días para abordar e intentar frenar las olas de desesperados: inició la primera etapa de una misión militar para cortar la acción de los traficantes de personas en el Mar Mediterráneo y aprobó la recepción voluntaria por sus estados miembros de 40.000 demandantes de asilo de Siria y Eritrea.