Nuestros ciclos económicos nos someten a fuertes variaciones de las tendencias financieras. Hay un problema de fondo que se relaciona con la manera de gestionar las alteraciones del contexto que nos afectan. Por nuestras políticas, por nuestra organización interna, por nuestras capacidades o por nuestros modelos de producción, tenemos limitaciones para filtrar los elementos externos negativos. Dinamarca o Nueva Zelanda, tienen menor vulnerabilidad frente a los eventos negativos mientras que Argentina o Venezuela se enfrentan cíclicamente a crisis profundas. Como en muchos otros ámbitos, clasificamos en la mitad de la tabla.