Hay algunos principios que el gobierno electo quiere aplicar en otros sectores en los que me quiero detener por sus efectos.
Existe una gran confusión, una gigantesca falta de información acerca de lo que está pasando hoy en Brasil, el cambio enorme e irreversible que está ocurriendo allí.
Dado que el gobierno actual promete más de lo mismo, es imposible sustraerse a la consideración de algunos números, particularmente vinculados con el sector agropecuario.
Es claro por ejemplo que no hay economía que resista este déficit fiscal, y es notorio asimismo que no cualquier propuesta de gobierno hará posible atenderlo.
A partir de la divulgación del balance de Ancap, vuelven a mi consideración muchos temas vinculados a lo que ha sido el calvario de esta empresa para la sociedad en estos últimos 15 años.
Dado que UPM finalmente resolvió invertir en el país, parece pertinente analizar en detalle qué es lo que la empresa demandó y consiguió lo que buscaba.
Al haberse alcanzado un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, se presentan oportunidades —no certezas— para consolidar lo que por ahora es solo una buena noticia.
Ha llamado la atención el diagnóstico de la realidad económica que realizó el Ministro de Economía en un desayuno de Somos Uruguay, pronunciado con un tono de “yo no fui”, como si el gobierno no tuviera nada que ver con lo que con justeza él mismo detalla.
La próxima administración va a recibir una situación complicada en varios terrenos, y si hay voluntad de cambiar las cosas, los primeros meses prometen un ritmo de vértigo.
En el lanzamiento de la zafra de arroz de esta año, el Ministro de Ganadería realizó en Treinta y Tres una serie de afirmaciones que recoge la prensa y llaman la atención.