Aquellos que se asombran y se indignan por la votación de Bolsonaro parecen olvidarse que el candidato alternativo representa a un partido que se convirtió en una organización para delinquir y que tiene a su cabecilla preso por corrupción.
Un juez pro PT ordenó liberarlo, pero Moro protestó y la fiscalía y el tribunal lo apoyaron.
Dentro de su adolescente entendimiento del mundo, nuestra izquierda política y sindical considera que la actuación judicial acerca de Lula forma parte de un complot contra las fuerzas progresistas del continente.