El precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos Jeb Bush dijo que suspendía su campaña, tras un decepcionante resultado en las primarias de Carolina del Sur.
El gobierno estadounidense divulgó esta semana el texto íntegro del ambicioso y controvertido Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), entre 12 países como Japón, México Australia, Perú y Chile, que aún debe ser aprobado por el Congreso para ser ratificado y que ha vuelto a agitar el debate dentro de Estados Unidos.
Jeb Bush, Scott Walker y Carly Fiorina apuntaron todas sus armas al magnate, a quien le costó responder con claridad.
Cuando Jeb Bush se detuvo en la sinagoga de Westhampton, en Nueva York, se esperaba que ofreciera una visión crítica del acuerdo nuclear negociado con Irán. Pero, tenía presente otro tema: los insultos que le profiere Donald J. Trump.
El magnate habló en abierta referencia a su rival en las primarias del Partido Republicano, Jeb Bush, quien tampoco ahorra críticas al millonario de Nueva York.
Los candidatos a las primarias republicanas prometieron ayer dar marcha atrás en la apertura con Cuba si ganan las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU. y criticaron que el Gobierno de Barack Obama no invitara a la disidencia a la histórica reapertura de su embajada en La Habana.
Los aspirantes a la presidencia por el Partido Republicano no escatimaron en críticas luego del viaje del Secretario de Estado a La Habana. Marco Rubio prometió dar marcha atrás al acercamiento con la isla.
Jeb Bush afirmó que no se puede insultar al 53% de la población estadounidense. Además, el consejero político del magnate presentó su renuncia este sábado.
La batalla por la presidencia se recalienta en el Partido Republicano y los ataques se vuelven personales: Donald Trump escribió un texto en Twitter con un mensaje ofensivo sobre la esposa de Jeb Bush, Columba, quien llegó al país proveniente de México.
Jeb Bush oficializó finalmente ayer su candidatura a las primarias republicanas para las presidenciales estadounidenses de 2016, haciendo alarde de su experiencia como gobernador de Florida para contrarrestar su imagen de heredero de la dinastía Bush.