La próxima iniciativa que presentará Biden va hacia una mayor inversión e infraestructura y aumentos de impuestos a los sectores más pudientes.
Obtener el apoyo del Congreso para los proyectos más ambiciosos del gobierno en lo económico, va a ser muy difícil.
Los representantes de la ciudadanía tienen ante sí el plan de gobierno, sus objetivos y los resultados esperados.
La administración Lacalle, los contrastes con su antecesor, los desafíos del presupuesto y los selectivos recortes de gastos.
No asombra que muchas personas pidan más gasto social al gobierno en las circunstancias actuales.
Más de la mitad de la facturación se da en el rubro de servicios móviles.
Parece bastante probable que efectivamente se concreten los aumentos de gastos anunciados y lo que se termine abandonando sea el objetivo del déficit, el de no incrementar la carga fiscal o una combinación de ambos, que es lo más probable.
Uno de los desafíos del año en materia económica es mantener el gasto público controlado para evitar que las proyecciones del déficit fiscal tiren al piso la credibilidad de que las finanzas públicas están bajo control.
Mucha transparencia, agua y jabón en cada rincón del Estado, caiga quien caiga y afecte a quien afecte, es la única salida creíble y positiva. Depende del sistema de partidos en su conjunto y en particular del FA que controla el Ejecutivo y el Legislativo.