La apertura de escuelas rurales evidenció las carencias que padecen estos centros: falta de auxiliares de servicio, agua potable y conectividad, son solo algunos ejemplos.
Es casi un experimento de laboratorio. Por un período que llegará a quince años, en este país se dieron todas las condiciones con las que puede soñar un gobierno que aspire a reformar la educación. El escenario fue tan favorable que simplemente no hay excusas. Si en estas condiciones no hubo cambios ni mejoras sustantivas, es porque no se supo o no se quiso hacerlos. Los datos disponibles no aceptan otra explicación.