La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, subrayó ayer en una entrevista con la cadena O Globo que el país no está "estructuralmente enfermo", sino que tiene "problemas momentáneos" que "serán superados".
La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, señaló ayer en Río de Janeiro que Brasil va por el "buen camino", pese al 1% de contracción de su economía previsto para este año.
Brasil dio a conocer un congelamiento de gastos el viernes, en virtud del cual limitará sus desembolsos a cerca de US$ 23.000 millones, en un intento por convencer a los inversores de que la presidenta Dilma Rousseff está comprometida con preservar la calificación de grado de inversión del país.
El ministro de Hacienda brasileño, Joaquim Levy, aseguró ayer en Londres que espera que la desaceleración económica en su país "sea temporal" e invitó a las empresas británicas a invertir en Brasil.
Ante 320 empresarios del sector de la alimentación en Brasil, el ministro de Hacienda de ese país, Joaquim Levy, defendió su plan de ajuste fiscal para llegar a la meta, en 2015, de un superávit primario equivalente al 1,2% del producto interno bruto (PIB).
La agencia Fitch advirtió ayer que podría rebajar la calificación de crédito de Brasil en los próximos dos años si la economía se deteriora más, mientras la presidenta, Dilma Rousseff, intenta corregir los desequilibrios macroeconómicos durante su segundo mandato.