Costa Fortuna dice que le deben US$ 15 millones por trabajos.
Empresas se llevaron menos de la mitad de los lotes ofertados.
Analizarán cuentas bancarias y traspasos de dinero entre el consorcio y OAS.
Tras el fallido intento de tener una planta regasificadora, en el gobierno hay más dudas que certezas sobre seguir adelante con esa iniciativa.
El lunes 9 debió llevarse a cabo un remate con materiales que la constructora brasileña OAS había adquirido para la construcción de la planta regasificadora. Unos días antes, la compañía uruguaya Costa Fortuna (subcontratada por la brasileña) presentó un recurso de amparo para suspender el remate y fue tomado en cuenta.
Ayer debía realizarse un remate de materiales que pertenecen a la constructora brasileña OAS y que habían sido adquiridos para construir una parte de la planta regasificadora. Pero una movida a nivel judicial impidió la realización de la subasta.
Las diferencias entre las empresas contratadas y sub-contratadas en la regasificadora evidencian severas desprolijidades en el proyecto que quedó trunco. El Estado busca reactivar la planta con otro llamado a interesados.
El consorcio GNLS —conformado por la francesa GDF Suez y la japonesa Marubeni— resolvió salir al cruce de algunas acusaciones contenidas en la denuncia penal que presentó la empresa uruguaya Costa Fortuna por presunta estafa.
La acusación contra el consorcio GNLS (integrado en partes iguales por la firma belga GDF Suez y la japonesa Marubeni, encargado de la construcción y operación de la regasificadora) sobre presunta estafa a empresas uruguayas suma a un posible socio: la constructora brasileña OAS (que está acusada de corrupción en su país).
El consorcio GNLS (integrado en partes iguales por la firma belga GDF Suez y la japonesa Marubeni) "engañó", "jugó su partido, al límite más allá de la legalidad", montó "una estratagema" y una "maniobra meticulosa y sofisticada" con "el objetivo principal de obtener un provecho injusto de sumas millonarias en dólares".