El resultado electoral hizo entrar al país en una fase nueva de su historia reciente.
El camino hacia el balotaje muestra indicios fuertes de que la ciudadanía elegirá un cambio de rumbo por motivos diversos.
Como era esperable, la contienda electoral deberá definirse en una segunda vuelta enmarcada con la transición política de Argentina.
El tema fiscal es uno de los centrales en el debate electoral. De por sí es algo bueno, porque muestra un consenso generalizado de la necesidad de cuentas públicas saludables, como sostén básico de una economía que quiere proyectarse hacia un futuro sin tropiezos.
El fragor creciente de la contienda electoral hace natural que, a veces, los candidatos fuercen sus argumentos para realzar sus propuestas y posicionarse mejor frente a sus adversarios políticos.
Un tema que viene penetrando el debate electoral es el rol de las empresas públicas, en particular a lo que hace a la calidad y precio de los bienes que ofertan. Factor cardinal, pues su actividad afecta a toda la economía y en particular a la productividad total del país.
En Argentina, que anunció una reprogramación de su deuda, crece el interés por saber como hizo Uruguay en 2003 el canje de deuda en plena crisis económica. El exfuncionario Carlos Sténeri es el protagonista.
El fragor de la carrera electoral es el escenario natural donde se proyectan las diferentes propuestas partidarias.
Salvo un milagro político, el retorno inesperado del kirchnerismo es casi un hecho.