Un tema que viene penetrando el debate electoral es el rol de las empresas públicas, en particular a lo que hace a la calidad y precio de los bienes que ofertan. Factor cardinal, pues su actividad afecta a toda la economía y en particular a la productividad total del país.
En Argentina, que anunció una reprogramación de su deuda, crece el interés por saber como hizo Uruguay en 2003 el canje de deuda en plena crisis económica. El exfuncionario Carlos Sténeri es el protagonista.
El fragor de la carrera electoral es el escenario natural donde se proyectan las diferentes propuestas partidarias.
Salvo un milagro político, el retorno inesperado del kirchnerismo es casi un hecho.
Desde el pique corresponde decir que las estridencias electorales confirman una vez más la buena salud de nuestras instituciones democráticas.
La irrupción del Acuerdo Mercosur-Unión Europea, más los anuncios conjuntos de Brasil y Argentina de intentar negociar un TLC con Estados Unidos, deben interpretarse como el nuevo regionalismo que imperará en estas tierras al menos durante la primera mitad del siglo XXI.
Después de 20 años de negociaciones, el Mercosur y la Unión Europea han acordado un esquema amplio de apertura comercial, lo cual oxigena a un mundo tensionado por el proteccionismo y las guerras comerciales latentes.
Los resultados recientes sobre la evolución del PIB confirman que el estancamiento dijo presente, con el aditamento preocupante de que no aparecen señales de su reversión en lo que resta del año.
Lo que muchos anunciamos se ha confirmado. El déficit fiscal continuó creciendo sin pausa, acercándose al 5% del producto interno bruto.
El mundo convive entre los estertores de una época que no acaba de morir, y de otra que no acaba de nacer.