Funcionaron las instituciones. Todo le salió muy mal a Donald Trump y muy bien al resto del planeta y a la sociedad americana. Como se sabe, en la madrugada del 7 de enero Joe Biden y Kamala Harris fueron entronizados como presidente y VP de EE.UU. Mike Pence se enfrentó a la ira de Trump.
El régimen de La Habana está desesperado.
Es tan confusa la ley electoral de EEUU que es preferible escribir este artículo en forma de preguntas y respuestas.
El régimen cubano quiere hacer reformas. Eso está muy bien. La sociedad cubana es de una improductividad asombrosa. Comenzarán por la moneda. ¡Bien pensado! De nada sirve hacer reformas si el elemento esencial, el dinero, vale muy poco.
La noticia era escalofriante. Donald Trump, Texas y 17 Estados le habían pedido a la Corte Suprema de Estados Unidos que invalidara las elecciones en cuatro Estados en los que Joe Biden ganó por un estrecho margen al frente de los demócratas.
Anne Hidalgo, la alcaldesa de París, una señora de origen español, a propósito de la victoria de Joe Biden, exclamó jubilosa por twitter: “¡Bienvenida de nuevo América!”.
“Si Dios contigo, ¿quién contra ti?”. Así comenzaba o terminaba sus programas una presentadora de televisión cubano-americana, que es hoy congresista federal en Estados Unidos.
No es nada nuevo. Un alto porcentaje de la sociedad norteamericana invariablemente ha sido partidaria del aislacionismo.
“Basta media hora de conversación con el hombre promedio para comenzar a dudar del sentido común”. No sé si lo dijo Churchill, pero seguramente lo pensó.
Trump, como se sabe, perdió las elecciones, pero quiere permanecer en la Casa Blanca a cualquier costo.