Antes que terminara de evaporarse la resaca de los festejos Vázquez armó su gabinete, lo presentó en público, explicó -para quien todavía no había entendido lo obvio- que no había creído necesario consultar con nadie, se levantó y se fue.¿Por qué el apuro? La sorpresa es el arma típica del estratega. Vázquez movió rápidamente sus fichas para asegurarse las condiciones de poder gobernar; nada menos. Todo fue hecho en atención a la interna del Frente Amplio. El MPP volvió a tener la mayoría de los votos, el dominio de la bancada legislativa, y Mujica será el primer senador. La única forma que tenía Vázquez de asegurar un espacio de poder propio y de neutralizar la segura demanda de Ministerios basada en esas mayorías era llenar las vacantes antes que llegasen los pedidos. Ahora cada puerta tiene colgado un cartelito de ocupado.Les dejó -para guardar las formas sin mengua de la eficacia- a Bonomi (frateralmente controlado) y a Fernández Huidobro. Puso a Marina