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Lanas: Uruguay apunta a certificar los procesos

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Uruguay busca valorizar más sus lanas ultrafinas. Foto: Archivo.
FABRICA TEXTIL, FABRICA DE LANA, LANERIA

Con menos ovinos se apunta más a nichos de altísimo valor.

En los años ‘50, el Uruguay ovejero tenía 23 millones de ovinos y la lana representaba el 57% de las exportaciones del país. Pasó el tiempo y en la década del ‘90, el stock era de alrededor de 25 millones de ovinos, con una neta orientación lanera, pero ese textil apenas representaba el 22% de las exportaciones.

Hoy el Uruguay ovejero cuenta con una dotación menor a los 7 millones de ovinos —la exportación de carne de alta calidad pesa más que antes y hay más razas doble propósito— y se ha ido especializando en la producción de lanas, incursionando en los segmentos del peinado con destino a vestimenta de alto valor.

Ahora, más allá del crecimiento y del desafío de mantener el nivel de calidad logrado hasta el momento, viene por delante un futuro más que promisorio por el lado de la certificación de procesos productivos que le otorguen un valor agregado a las lanas.

"Con la caída del sector ovino, Uruguay se ha ido especializando y hoy las lanas son de mejor calidad que hace 20 años atrás", aseguró a El País Pedro Otegui, principal de la peinaduría Lanas Trinidad.

El empresario uruguayo, que incluso logró que las lanas ultra finas estuvieran presentes en la "Noche Blanca de París", uno de los eventos más afamados de la vestimenta mundial, aseguró que hoy se llega a "clientes mucho más exigentes que hace 20 años y eso parecía que para Uruguay era mucho más difícil de alcanzar".

La competitividad, los costos y la reducción de la producción, hoy son limitantes para crecer y colocar más volumen de lanas de calidad en los mercados más selectos, como por ejemplo Alemania. "Por un lado, está la realidad del productor y por el otro, la realidad del consumidor. Todo lo que pase en el medio, la famosa cadena de valor agregado, si es ineficiente y costosa, la propia cadena está conspirando contra la mejor posibilidad de un productor o el poder llegar mejor a un consumidor", consideró Otegui. Es que en el mundo, la lana compite contra las fibras sintéticas creadas por el hombre y con otras fibras naturales más baratas. Hace rato que es un producto de lujo.

Certificaciones.

La semana, pasada el industrial alemán Mirko Lindner, integrante de la empresa Südwolle Goup, del holding alemán ERWO Group, dijo en el marco del Seminario Internacional de Producción Ovina —organizado por el SUL por sus 50 años— que "el 80% del futuro de la lana estará en las certificaciones".

El grupo compra en Uruguay unas 1.700 toneladas anuales, con finuras de entre 20 y 23,5 micras y tiene entre sus productos más de 1.300 tipos diferentes de hilados y colores.

Uruguay tiene mucho por recorrer aún por el lado de las certificaciones de sus lanas.

"Es cierto que hay consumidores y mercados que están sensibles con temas como el bienestar animal, la contaminación y el cuidado del medio ambiente", aseguró Pedro Otegui. El industrial también es consciente de que los empresarios se quejan de los mayores costos de Uruguay, pero en el rubro lanas, "a veces estamos compitiendo contra empresas que están instaladas en otros países donde hay ciertos temas que para Uruguay son de lógica y no se discuten; en otros países aún están con un libro anterior al nuestro. Por eso, en cierta medida, estamos compitiendo por un producto de precio y calidad, pero las reglas de juego son muy distintas para producir o para procesar".

El principal de Lanas Trinidad consideró que "hay que llegar a esos clientes sensibles con el bienestar animal, con el medio ambiente, con la contaminación, así como con el cuidado de la mano de obra y decirles que esto es un paquete y no es lógico separar los tratos, porque si hay sensibilidad por un animal, en primer lugar hay que tener sensibilidad por el trato a las personas".

Años atrás, estos dos capítulos no pesaban tanto en el comercio mundial de productos y mucho menos en la lana, pero cada vez tienen mayor incidencia y principalmente a nivel de mercados de alto valor como el Europeo, en segmentos de productos con alta demanda.

El gran mercado.

Lanas Trinidad, al igual que las otras tres peinadurías que existen en Uruguay, es un cliente habitual del grupo alemán Südwolle Goup, perteneciente al holding alemán ERWO Group.

Este grupo procesa el 50% de las lanas en China y la otra mitad en distintos países de la Unión Europea, para abastecer desde ambos a nichos del continente europeo, Canadá y Estados Unidos, entre muchos otros compradores.

Por año, hilan más de 20 millones de kilos de lana que representan prácticamente la producción de lanas actual de Uruguay.

Otegui, al igual que los demás peinadores, dijo tener la esperanza de que a partir de la visita de Mirko Lindner a estancias y peinadurías uruguayas, "Uruguay, poco a poco, pueda llegar a acrecentar el volumen de lanas vendidas a este cliente", donde hay coincidencia entre las empresas que las obliga a extremar cada vez más la calidad de sus productos.

Para Otegui, "es una empresa que hace muchos años que compra en Uruguay y es de los clientes que da gusto trabajar porque son profesionales, conocen su negocio y realmente, en todo producto y en todo segmento de mercado, la palabra calidad es lo que va siempre por delante". Por eso, es seguro que Uruguay se siga especializando y apueste a la calidad.

Con las oportunidades al alcance de la mano.

El director de Tops Fray Marcos, Facundo Ruvira, aseguró que Uruguay ha logrado muy buenos avances en todos los aspectos que permiten mejorar la calidad de la lana y también, al igual que Pedro Otegui, confirmó que Uruguay está transitando un camino de exigencias mundiales en certificaciones sustentables y ambientales.

Ruvira explicó que las industrias topistas han tenido que adaptar los detergentes para el lavado de la lana hacia otros productos que son aceptados por la Unión Europea, para evitar residuos que compliquen el mercado. Agregó que en el mundo "también se está hablando mucho del bienestar animal y qué tipo de agro químicos se están utilizando en las majadas", lo que significa "un nuevo camino para que recorrer, que no es de golpe, pero marca el rumbo".

Para Ruvira, hay buenas oportunidades para la lana y la carne ovina con buenos valores actuales y posiblemente a futuro. Recordó que Uruguay "tiene una historia muy rica en el rubro ovino" y explicó que "se han hecho muchos trabajos positivos que le han dado fortaleza al sector".

El industrial puso especial énfasis en que ahora que Uruguay y su sector ovino tiene las oportunidades al alcance de la mano, "hay que poner la máquina a funcionar a fondo y aprovecharlas y no ir por el camino del no me la compliquen. En mi opinión, ese concepto no es aplicable en los ovinos y en ningún otro sector agropecuario del Uruguay", sostuvo el director de Tops Fray Marcos.

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Uruguay busca valorizar más sus lanas ultrafinas. Foto: Archivo.

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