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Se industrializaron más vaquillonas

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Fueron 264.000 más en los 12 meses cerrados a marzo.

La faena de vaquillonas mostró un aumento de 55% en los 12 meses cerrados a marzo, cuando se faenaron 264 mil cabezas. Menos de tres años atrás (en el año a mayo de 2014) eran 170 mil cabezas, según publicó Faxcarne en base a datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC). El incremento de 55% representó 100 mil vaquillonas más que se destinaron a faena, sin que se vea afectado el stock de vientres.

En el mismo período, las demás categorías de vientres —básicamente vacas de refugo— aumentaron 40% a 916 mil cabezas. El hecho es significativo y refleja los cambios que se han dado en el complejo ganadero uruguayo en los últimos años.

Por un lado, la demanda está jugando. Es creciente la participación de vaquillonas en los corrales de engorde, fundamentalmente para formar parte de la cuota 481, el cupo cárnico de alta calidad destinado a la Unión Europea para ganados terminados a corral. Tampoco es de despreciar la demanda por esta categoría para el mercado interno.

Con más de 200 mil terneros y novillitos de sobre año que se exportaron en pie en los dos últimos años, hay una relativa escasez de machos en las nuevas generaciones, por lo que no es de extrañar que se recurra más a las hembras de la misma generación.

Pero también juega la oferta. Que queden más vaquillonas disponibles para ser engordadas implica que esta alternativa luce atractiva frente a incorporar ese animal al rodeo de cría. En parte porque este ya es numeroso —hace cuatro años que hay más de 4,2 millones de vacas de cría en el país— y en parte, porque las señales no son claras como para seguirlo haciéndolo crecer. Aunque los precios de los terneros lucen atractivos, el negocio de la ganadería enfrenta varias incertidumbres —comerciales y de costos— que no alientan a invertir.

NEGOCIOS RURALES

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