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Argentina busca recomponer comercio de trigo con Brasil

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Trigo
mk/mcp - AFP - AFP

Luego de mala relación durante administración kirchnerista.

Una misión argentina encabezada por el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquis, partió la semana pasada a San Pablo, Brasil, para recomponer la relaciones con los compradores de trigo de ese país.

La política triguera del gobierno kirchnerista había logrado lo imposible: romper una de las relaciones comerciales más fuertes e históricas que tenía Argentina.

El objetivo de la misión era recrear el vínculo y la confianza después de diez años de maltratos, incumplimientos y cierres parciales o totales de las exportaciones del cereal.

Así fue que la semana pasada, a las puertas de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), se presentaron junto al ministro y al subsecretario de Agricultura bonaerense, Miguel Tezanos Pinto, diferentes representantes de gremiales del sector.

Esa delegación argentina aseguraba una muy buena representación de la cadena de trigo y fue una primera señal a los brasileños que la cosa iba en serio.

Y no era para menos, ya que las estimaciones de área sembrada para la próxima cosecha de trigo en Argentina están hablando de un incremento de entre 1,5 y 2 millones de hectáreas sobre las 3 millones quinientas mil hectáreas que se sembraron el año pasado.

Esta superficie representó el último escalón de una serie ininterrumpida de caídas de área y un 18% menor a la campaña 2014/2015.

Las primeras estimaciones para este año consignan que Argentina tendrá una cosecha de alrededor de 15 millones de toneladas de trigo con 8 millones de toneladas para exportar. De ahí lo pertinente de recrear las relaciones con el principal cliente del grano.

La reunión en la sede de Abitrigo terminó siendo más de un once contra once porque enfrente los recibieron una veintena de empresarios molineros que representan aproximadamente el 80% de la molienda brasileña.

Fue un acierto hacer coincidir la visita de la delegación con la reunión de la comisión directiva de la entidad.

En ese encuentro participó también el secretario de Agricultura del Estado de San Pablo, Arnaldo Jardim. La frialdad institucional de los primeros minutos se rompió con el mensaje que llevaban los argentinos.

"Venimos a pedirles disculpas por lo ocurrido en los últimos años y nos hacemos cargo de los errores para revertirlos. Estamos con los actores de la cadena con el objetivo de comenzar a recuperar el mercado brasileño, analizando sus necesidades en relación a la calidad de nuestros trigos", les dijo Sarquís.

Durante un almuerzo y con mayor confianza, Sergio Amaral, presidente de Abitrigo, se despachó: "Aquí no venía nadie desde hace diez años. Más allá de la calidad que es necesaria, lo que queremos es una oferta constante y confiable de parte de ustedes. Que todos los años nos vendan trigo".

Amaral ya había viajado a Buenos Aires en diciembre pasado para reunirse con el recientemente asumido ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaille, para transmitirle esta preocupación de los molinos brasileños a las nuevas autoridades.

De la reunión en San Pablo los argentinos trajeron información valiosa como el piso de cuatro millones de toneladas de trigo de calidad, arriba de 10,5% de proteína y 25% de gluten, que los brasileños comprarían por año.

Ahora, todo indica que se volverá al orden natural de las cosas. Un alivio tanto para los que compran como para los que producen.

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