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El reto del envejecimiento en Uruguay y el gasto que trae

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Envejecimiento: para 2100, se proyecta que la población de más de 65 años representa el 55% de la población en edad de trabajar. Foto: Reuters

Informe regional

La OIT destacó alta formalización y salario del trabajo doméstico en el país.

Uruguay tiene altos niveles de cobertura de la seguridad social, presenta la tasa de formalización de empleo doméstico más alta de la región y ha tenido un aumento "modesto" del gasto público en los últimos 20 años. Pero tiene un desafío en el envejecimiento poblacional y el aumento del gasto en pensiones que eso conllevará. Ese es un resumen del informe "Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe" elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Según el estudio, "entre 1997 y 2016 un grupo de países aumentaron su gasto público más de 10% del Producto Interno Bruto —PIB— (Argentina, Estado Plurinacional de Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela); un segundo grupo aumentó cerca de 5% del PIB (Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay y República Dominicana), mientras que los restantes (Guatemala, Honduras, Panamá, Uruguay y Perú) tuvieron incrementos más modestos, menores a 3% del PIB. Una parte sustantiva del incremento en el gasto público fue destinada al gasto social, en especial a las acciones de expansión de la protección social".

De todas maneras, mencionó que la carga de impuestos aumentó más (ver aparte).

La OIT recordó que "el financiamiento de la protección social contributiva está basado en cotizaciones sobre los salarios, las cuales muestran niveles muy heterogéneos en la región. Esto se explica, en parte, por el grado de maduración de los sistemas públicos de pensiones y en parte por la existencia de esquemas privados de pensiones y/o seguros de salud, sin mecanismos de solidaridad y con niveles más bajos de cotización. Algunos países presentan cotizaciones relativamen- te altas como Argentina, Brasil y Uruguay, y por lo tanto con escaso margen para ser aumentadas".

"Los avances en la cobertura de adultos mayores fueron en algunos casos notorios. Los países con altas coberturas, algunos de los cuales dieron saltos importantes de cobertura, son Argentina, Brasil, Uruguay y Chile", señaló la OIT.

El organismo hizo hincapié en la situación del trabajo doméstico. "América Latina y el Caribe concentran el 27% del trabajo doméstico mundial, únicamente superado por Asia y el Pacífico (41%). La OIT estima que aproximadamente 18 millones de latinoamericanos trabajan en labores del hogar, representando al 7% de todos los ocupados en la región".

Agregó que "junto con el cuentapropismo, el trabajo doméstico presenta los niveles de informalidad más altos y por lo tanto de falta de acceso a la seguridad social contributiva que solo parcialmente es compensada por los programas no contributivos".

En ese rubro, "el salario percibido tiende a ser más bajo que la media de ingreso nacional, afectando las capacidades contributivas para la seguridad social. En Argentina, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Uruguay los ingresos de las trabajadoras domésticas eran iguales o inferiores al 50% del ingreso promedio de todas las personas ocupadas. En Costa Rica, Paraguay y Trinidad y Tobago, el salario mínimo para las trabajadoras domésticas era menor que el de otras ocupaciones de calificación similar", indicó el informe.

"Los niveles de cobertura para esta categoría ocupacional son sensiblemente inferiores a los observados tanto para asalariados públicos como privados, con la excepción de Uruguay que se acerca al 70%", remarcó la OIT.

"Uruguay se considera un país pionero, donde desde hace más de una década, ha desarrollado acciones en las cinco dimensiones. En el año 2006 instaura una normativa para las trabajadoras domésticas, amplía la seguridad social a las ramas contempladas en el Convenio 102 (norma mínima), fija un salario mínimo para las trabajadoras, instaura medidas de fiscalización, se simplifica el pago de las prestaciones, ha desarrollado distintas campañas de información y cuenta con experiencia en negociación colectiva. Lo anterior ha tenido importantes efectos positivos que se pueden observar, por ejemplo, en ser el país con mayor cobertura efectiva en seguridad social para trabajadores domésticos", agregó.

Entre 2005 y 2015 la cobertura de seguridad social en el trabajo doméstico creció 35 puntos porcentuales, según el organismo.

Para la protección social a futuro, la OIT marcó un desafío: "las tendencias decrecientes en el crecimiento de la población total y la creciente participación de los mayores son comunes para toda la región para lo que resta del presente siglo, creando una tendencia generalizada, pero diferenciada entre países, hacia el aumento de las tasas de dependencia".

La tasa de dependencia es el cociente entre la población de 65 años o más y la población entre 15-64 años.

En el caso de Uruguay, la tasa de dependencia pasó de 12,9% en 1950 a 22,5% en 2015 y se proyecta que lo hará 35,3% en 2050 y a 55,7% en 2100.

"Tomando en cuenta estas consideraciones, los sistemas de pensiones deberán adecuar paulatinamente sus parámetros para hacer frente a los cambios demográficos y asegurar la solvencia de mediano plazo sin afectar el espacio fiscal necesario para atender otras demandas de protección social y de inversión", recomendó el organismo.

Carga fiscal "Elevada"

"El avance en los niveles de gasto social se dio de manera simultánea con importantes incrementos de la carga tributaria, ambos en porcentaje del PIB. Respecto a esto último, si bien la mayoría de los países de la región y el promedio regional se encuentran lejos del 35% con que cuenta la OCDE, no son despreciables los cambios que ocurrieron en un plazo de tiempo relativamente breve", señaló la OIT. En el caso de Uruguay, entre 2000 y 2015 la carga tributaria aumentó poco más de 5% del PIB, mientras el gasto social lo hizo algo más que el 1% del PIB. "En algunos países del Cono Sur (Argentina, Brasil y Uruguay) y del Caribe la carga tributaria ha alcanzado niveles elevados sin que ello pueda ser interpretado como la existencia de recursos suficientes", afirmó la OIT.

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