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¿Qué piensa el gerente general de uno de los bancos más importantes de Uruguay?

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Andre Gailey
Nota a Andre Gailey, director ejecutivo regional de Banco Itau, en su oficina en Montevideo, ND 20211021, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ENTREVISTA

Entrevista al gerente general del banco Itaú Uruguay y CEO regional para Argentina, Paraguay y Uruguay de ese banco, Andre Gailey

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Desde hace 10 meses, Andre Gailey es el CEO regional del banco Itaú para Argentina, Paraguay y Uruguay. Además, desde hace nueve meses está instalado en Uruguay y en marzo pasado asumió como gerente general del banco en Uruguay, sustituyendo a Horacio Vilaró quien había estado en esa función desde que el Itaú se hizo con las operaciones de Bank Boston en 2007. De la situación de Uruguay, la regulación bancaria, la estrategia de desdolarización del gobierno, la nueva competencia y más, Gailey habló en entrevista con El País.

-¿Cómo ve la economía a nivel global?

-Vemos un mundo que va a tener un buen año de crecimiento en 2022, pero con perspectivas cada vez de un crecimiento menor en relación a lo que teníamos hace algunos meses. La parte muy positiva es que creemos que la parte difícil de la pandemia pasó, la salud está bastante bajo control y la movilidad volvió de una manera fuerte, con un importante impacto tanto en la parte de la industria como en la de servicios, que es el último rubro de la economía a reactivarse. Vemos un desafío importante de precios, pasa especialmente en Estados Unidos, pero también en el resto del mundo. Primero porque hay una demanda muy fuerte, que está repuntando, segundo por la cuestión relacionada al precio de las commodities en general y tercero por el rompimiento de las cadenas de proveedores, la cadena logística, y hacer que el comercio en el mundo fluya de manera natural. Esto genera menos oferta de productos, que junto con una demanda fuerte, hacen una presión inflacionaria importante. Finalmente, tuvimos una sobrecarga de demanda en la producción industrial en todo lo relacionado a computación y oficinas, en lo que fue el reajuste de la vida a la nueva normalidad. Ahora empiezan los viajes, los restaurantes, los hoteles, el entretenimiento. Eso empieza a volver con mucha fuerza, y eso es muy positivo en términos de calidad de vida, pero en términos económicos es un punto de atención porque se está generando una demanda fuerte sin que la oferta aún esté organizada y lista para proveer todo lo que se demanda y el efecto de eso es una presión inflacionaria en el mundo bastante fuerte para 2022. Este es un punto de atención en nuestra visión, que puede llevar a los bancos centrales en el mundo a acelerar el proceso de suba de las tasas de interés.

-¿Cómo ve a Uruguay en ese contexto internacional?

-La de Uruguay es una economía muy dolarizada, con mucha dependencia de importaciones. Entonces, este aumento de los precios internacionales tiene un impacto directo y una presión inflacionaria también dentro de Uruguay. Esto exige del Banco Central una actuación sobre la tasa de interés para intentar mantener la inflación bajo control. Por otro lado, hay vecinos que tienen tipos de cambio muy favorables, entonces no se puede subir de una sola vez la tasa de interés, para no generar una valorización del peso (frente al dólar) que torne aún más difícil la situación comercial entre Uruguay y los países vecinos. Uruguay tiene un desafío importante hacia delante de encontrar un punto de equilibrio entre el control de la inflación -a través de la tasa de interés- y el nivel de tipo de cambio, de manera de mantener una buena calidad de vida y el poder de compra de la población de un lado y la capacidad de que el comercio fluya de manera equilibrada del otro. Es un momento de bastante desafío para el Banco Central.

-Es una tensión entre esas dos variables.

-Exactamente, hay una tensión y un equilibrio constante que debe haber entre tasa de interés y tipo de cambio, que va a ser un punto de monitoreo para 2022.

Perfil
Andre Gailey
Abogado con más de 20 años en Itaú
Nombre completoAndre Carvalho Whyte Gailey
Nacionalidadbrasileño
Estado civilcasado, dos hijos

Andre Gailey es abogado por la Universidad de Sao Paulo, con máster en Derecho Corporativo y Finanzas por la Universidad de Stanford (EE.UU.) y un MBA en Finanzas por el Insper de Sao Paulo. Trabaja en el banco desde hace más de 20 años y desde 2010 es director estatutario y socio de Itaú BBA e Itaú Unibanco. De julio de 2019 hasta diciembre de 2020 fue CEO de Itaú Paraguay y en diciembre de 2020 asumió como CEO regional de ese país, Argentina y Uruguay tras el retiro de César Blaquier. A su vez, en marzo pasado, asumió como gerente general de Itaú en Uruguay tras el retiro de Horacio Vilaró.

-El Banco Central ha venido ajustando la tasa de interés, pero todavía la política monetaria sigue siendo expansiva.

-Si miramos la tasa de interés real, aún es negativa. Es extremamente expansiva. El punto de seguir (con una política monetaria) expansiva, nadie tiene duda hasta tener una recuperación fuerte y constante de la economía. El punto es la velocidad del ajuste hasta llegar a una tasa de interés neutra.

-¿Ya se está dando un traspaso de la tasa de interés del BCU a la tasa que cobran los bancos por los créditos?

-Gran parte de los préstamos son en dólares y en Unidades Indexadas (UI), de forma que la inflación ajusta (la UI) y el dólar tiene su propia tasa de interés. Son muy pocos los préstamos en pesos a tasa fija, entonces no se ve aún un impacto de la suba de tasa (del BCU) al costo final del cliente. Es natural que con el tiempo, y dependiendo de la demanda y de la oferta, una parte de este impacto vaya a las tasas de los créditos, que es el objetivo de la política monetaria. Porque es volviendo al crédito más o menos barato, que se genera un control del nivel de demanda agregada del país. Es un proceso gradual, que va a llevar un tiempo hasta generar un cambio de tasas de interés para los clientes.

-¿Cómo ve el comportamiento del crédito?

-Estamos viendo muchísima oferta por parte del sector financiero, a tasas históricamente más bajas, pero con una demanda aun limitada, un pequeño crecimiento en la demanda local. A diferencia de otros países donde vemos un proceso de inversión que ya empezó, acá recién está empezando y un proceso de consumo que creemos va a ser más fuerte con el turismo en el verano y la necesidad de capital de giro para acompañar la recuperación de la economía.

-Un problema de Uruguay es el crédito a largo plazo, porque los bancos se fondean con depósitos y están muy concentrados a la vista o a plazos muy cortos. ¿Qué tendría que cambiar para que los bancos tengan más capacidad de prestar a largo plazo?

-Hay varios factores. El primer factor, es que cuando se piensa en dólares, ya hay préstamos de largo plazo en dólares disponibles. Entonces, se ven operaciones de cinco a 10 años, que aún son raras en Europa. Hay bastante crédito disponible de largo plazo en dólares. Empieza a haber crédito disponible de largo plazo en UI y acabamos de ver, además de los bancos, la emisión de (deuda de) TaTa (por el equivalente a US$ 100 millones), que es un ejemplo de acceder al mercado de largo plazo en pesos indexados. El mercado de largo plazo de pesos nominales depende de una visión más clara del control de la inflación y de la perspectiva de la inflación dentro del país. Hoy aún hay mucha volatilidad en el anclaje de las expectativas de inflación, por eso hoy el mercado trabaja muy poco en pesos a tasa fija en el país. Estoy hace nueve meses en Uruguay y toda la demanda que tuvimos de operaciones de largo plazo estuvimos en condiciones de poder afrontarla y ofrecer buenas soluciones. No solo a través del banco local, también –y dependiendo del tamaño de la operación- haciendo créditos sindicados con bancos internacionales. De forma que el apetito existe y el crédito existe. Creo que es más un deseo y sería saludable para el mercado que a largo plazo se pueda tener un mercado de crédito que no sea solo en dólares. Para eso hay una iniciativa importante de desdolarización de la economía, el anclaje de la inflación y la creación de más instrumentos de mercado, sea para emisiones y para inversiones. Creo que el desarrollo del mercado de capitales puede complementar el mercado bancario y garantizar los mecanismos y las herramientas para un desarrollo del crédito de largo plazo más fuerte que el que tenemos hoy.

Andre Gailey
Andre Gailey, gerente general de Itaú Uruguay. / Foto: Francisco Flores.

-Mencionó la estrategia de desdolarización, ¿qué piensa acerca de la misma?

-Es una iniciativa importante. El impacto de la política monetaria sería mucho más potente en un país con menos dolarización. Esto no significa cerrarse al dólar, sino tener un nivel de dolarización un poco menos grande que el actual. Puede ser una forma relevante de controlar la inflación. Creemos que va en la dirección correcta, pero claro es un gran desafío hacerlo.

-Actualmente cerca del 80% de los depósitos están en dólares. ¿Qué pueden hacer los bancos para incentivar los depósitos en moneda nacional?

-Hay dos potenciales acciones. Una es tener cada vez más opciones de inversiones en pesos. Pero, el punto principal viene de la elección del cliente. Porque el cliente tiene las dos opciones y es clave que el cliente se sienta seguro de tener su inversión en pesos a largo plazo sin un riesgo inflacionario tan alto. El punto clave depende menos de los bancos y más de la economía uruguaya en ser capaz de anclar las expectativas de inflación y con eso generar un sentimiento de protección más amplio de las inversiones en pesos.

-¿Cómo evalúa la regulación bancaria en Uruguay?

-La banca de Uruguay es muy saludable, muy competitiva, pero tiene desafíos de costos y del lado del costo regulatorio con mucha rigidez en varios aspectos. Y del lado del costo de manejo de las estructura, también la falta de flexibilidad de ajuste de perfiles, de digitalización, de modernización de la operación. Es importante que se enfrenten estos puntos, porque la competencia del futuro no está más dentro de la banca, la competencia del futuro está en las fintechs, en las bigtechs, en las nuevas compañías que no están sujetas a las mismas reglas, ya sea de capital, sea de regulación de qué ofrecer y cómo, sea de la parte de formlización de documentos, de flexibilización de los costos laborales que cuando se suman todas las contribuciones directas e indirectas, son claramente muy diferentes de los otros rubros. Esta modernización es fundamental para que la banca sea competitiva a largo plazo, para que pueda tener costos cada vez más bajos para los clientes a largo plazo y que estén los incentivos para invertir cada vez más en la modernización de la banca. El costo regulatorio y el costo laboral, son dos puntos que el país necesita enfrentar para tener una banca competitiva a largo plazo.

-Mencionó las fintechs y algunos bancos en Uruguay han resuelto comprar una fintech para tener un desarrollo tecnológico más acelerado del que podría hacer el banco, ¿cuál es la estrategia de Itaú en Uruguay?

-Miramos las dos. Siempre estamos analizando si hay opciones de inversiones, pero tenemos un equipo internacional tecnológico de altísima capacidad, con la posibilidad de desarrollar dentro del banco nuevos productos y nuevas experiencias con la misma calidad de las fintechs. Entonces, la estrategia principal es la transformación digital de la propia organización. Pero siempre mirando si hay oportunidades en el mercado.

-¿Cómo analiza lo que ha realizado el BCU en generar una mesa de diálogo para tener nueva regulación en lo que refiere a fintechs, pero también banca abierta?

-Somos súper favorables a la discusión. Está pasando en todos los países el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevas formas de hacer la banca. El punto principal, muy importante, es que no podemos olvidarnos de las asimetrías regulatorias y de costos, porque no hay cómo hacer esta modernización y no hay cómo competir con esta nueva competencia si las reglas son distintas para los distintos actores. Entonces, estamos a favor de la apertura del mercado, las nuevas tecnologías, el desarrollo de nuevos productos, pero sí o sí necesitamos enfrentar los puntos relacionados a los costos regulatorios y laborales, para que de hecho se pueda implementar.

Los planes para OCA

-El mercado financiero uruguayo tiene la particularidad de que los bancos más grandes tienen una administradora de créditos. En el caso de Itaú tiene a OCA, ¿por qué cree que se da este modelo así?

-Son mercados muy distintos, con lógicas de crédito muy distintas y con percepciones de valor para el cliente muy distintas. En términos de marca, mezclar las marcas de las financieras y los bancos, es algo que no es bien percibido por el cliente final: sean los del banco o de la financiera. Es algo que ya cambió en algunos países, pero que escuchando a los clientes acá tienen expectativas muy distintas de las financieras y de los bancos, y va a depender muchísimo de cómo evolucione el mercado y en especial de la forma en que los clientes se relacionen con las instituciones, la posibilidad de unir o cambiar esta realidad. Mientras, sigue haciendo sentido tener una estrategia con los bancos más enfocados en el segmento más ABC1 y las financieras más enfocadas en el resto de la pirámide social.

-¿Qué planes tiene Itaú para OCA?

-La gran novedad es OCA Blue que es la cuenta digital de OCA, donde a través de OCA Blue el cliente de OCA y cualquier nuevo cliente tiene acceso a un banco digital sin costos, complementando la oferta de crédito que OCA tiene hoy. Creemos que la sinergia entre OCA y OCA Blue es muy importante para la inclusión financiera y acceder a un servicio de más calidad, más completo.

La reforma jubilatoria y las inversiones de las AFAP

-Itaú también tiene el negocio de fondo de pensiones a través de UniónCapital. ¿Cómo está viendo el proceso de reforma jubilatoria y el primer borrador planteado?

-Las AFAP fueron una grata sorpresa cuando vine a Uruguay y entendí un poco más el sistema. Está muy bien hecho. Funciona como un complemento y una seguridad al sistema público, que es un activo de mucha calidad generado por Uruguay a lo largo de los últimos años. Aún tiene una limitación muy grande en el tipo de inversiones que pueden hacer, al punto de no generar quizás todos los beneficios posibles a los clientes finales. Es diferente si uno compra una acción para tener cinco días, tiene una volatilidad tremenda, a si una compra una canasta de acciones para tener por 10 años, la volatilidad es el crecimiento del país donde las acciones están. Entonces, para inversiones de larguísimo plazo como son los fondos de pensión, tener la posibilidad de tomar más riesgo y diversificar más para generar más rentabilidad es fundamental para generar el ahorro necesario para el momento siguiente, que es el momento del retiro y de utilizar ese ahorro. Entonces, traer más flexibilidad en las inversiones generará una mayor rentabilidad en el portafolio de los ahorristas e irá en beneficio de los propios ahorristas.

-El vicepresidente de Itaú Unibanco, Ricardo Marino decía que no quería que al banco lo compararan con otros, sino con las bigtechs como Amazon, Facebook, Google, etc. ¿en qué etapa está?

-Caminamos muchísimo. Hoy el 90% de las cuentas abiertas por Itaú, son hechas 100% en forma digital. El 90% de todas las transacciones hechas por nuestros clientes son a través de canales digitales. Más del 50% de la base de los clientes del banco no quiere ir al banco, hace todo por medio digital y tenemos una de las mejores experiencias de atención y de uso de los canales digitales entre todos los bancos del mundo. Entonces, estamos muy bien ubicados en lo que es la oferta de valor y en ser un banco digital, con la conveniencia de una atención humana a nuestros clientes. Unimos lo mejor de los dos mundos. Pero, claro, el camino es largo y tenemos mucho por hacer, pero partiendo de una posición de destaque en el rubro en relación a la digitalización y listos para enfrentar cualquier tipo de competencia a futuro.

El legado de Vilaró y la mirada al futuro
"Construir y capacitar al banco para que esté listo"
Horacio Vilaró

-Tuvo que sustituir en marzo a Horacio Vilaró (fallecido el pasado 2 de mayo) que había estado desde que Itaú comenzó a operar en Uruguay en 2007, ¿cómo se llevó con eso y qué impronta piensa darle al banco?

-Reemplazar a Horacio es un honor, un desafío y una gran responsabilidad por la gran persona y el gran profesional que fue. Tengo el beneficio de subir a los hombros del gran trabajo hecho por Horacio y seguir con una banca que está muy enfocada en el cliente, con una óptima calidad de atención, con un proceso muy eficiente, muy digital. Entonces, lo bueno es que no necesito arreglar nada, lo que necesito es ayudar al banco a mirar lo que es el futuro, y a construir y capacitar al banco para que esté listo, que es la banca abierta, los pagos instantáneos, un mercado de inversiones mucho más amplio, la creación y el desarrollo del mercado de capitales, un banco que sea cada vez más digital, más integrado, más diverso, con más contribución para la sociedad como un todo. Entonces mi mirada es enfocarme en traer más intensidad en desarrollar estas capacidades que son claves para el suceso en el futuro.

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