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Los modelos adoptan colores y diseños de rivales para mostrar la simpatía entre hinchadas
La camiseta es un símbolo de identidad de los equipos deportivos. Así que cuando un club de fútbol cambia su enseña por otra no puede menos que llamar la atención de propios y extraños.
Algo de eso sucedió el domingo en el estadio Ennio Tardini cuando el local, Parma, enfrentó a Sampdoria por la 35a fecha de la Serie A (torneo en el que ya campeonó Juventus). Además del empate 3 a 3, el choque sumó un atractivo adicional por las camisetas que se utilizaron. Parma lució un modelo con sus colores tradicionales (azul, blanco y amarillo), pero con una franja horizontal en el pecho replicando la blusa de sus rivales. Del otro lado, la Sampdoria llevó una casaca blanca intervenida con una cruz de tonos rojo, azul, negro y blanco, que evocaba a la camiseta parmesana.
La movida puede desconcertar, pero en realidad celebra una amistad de 30 años entre ambos clubes. Así lo explicaron las instituciones a través de sus canales oficiales en Internet.
El vínculo se remonta a la temporada 1990-1991, cuando el Parma jugó por primera vez en la Serie A y su hinchada entabló una buena relación con los tifosi de la Sampdoria. La afinidad fue tal que los fanáticos del Parma además de apoyar a su equipo también alentaron a la Sampdoria que peleaba por el título de la liga. Al final, se cumplió su deseo y la «Samp» dio la vuelta olímpica.
Las camisetas conmemorativas y de edición limitada cuestan 99 euros (unos US$ 110) por separado, aunque también pueden adquirirse las dos en un pack a 198 euros (US$ 221). Los socios de Parma y Sampdoria reciben un 20% de descuento en la compra del par.
Lo recaudado por las ventas así como por la subasta de las camisetas utilizadas por los jugadores el domingo se volcará a una campaña benéfica mixta; los fondos recolectados por el Parma irán al Instituto Gaslini (Génova) y los ingresos de la Sampdoria serán donados al Hospital Infantil de Parma.
En la Bundesliga, Schalke y Núremberg intercambiaron elementos de la camiseta del otro en un partido entre ambos en abril pasado. En Brasil, equipos "tunearon" sus casacas saludando a las selecciones del último Mundial. Todos los casos recaen en la misma marca: Umbro.
El plan contó con el apoyo de las marcas Errea, que viste al Parma, y Joma, que equipa a la Sampdoria. En cambio, Umbro no tuvo que pactar con otra marca para desarrollar la campaña que, con un concepto similar a la de los italianos, implementaron los clubes alemanes Schalke y Núremberg. Es que la firma inglesa viste a las dos instituciones, que se declaran como viejos «amigos».
Los equipos se enfrentaron el pasado 12 de abril en casa del Núremberg y lucieron camisetas que homenajeaban al rival. El local mantuvo sus colores (rojo y blanco), pero siguiendo el diseño de la casaca del Schalke; los visitantes jugaron de blanco y azul como suelen hacer pero utilizando un patrón que copiaba el de la camiseta de visita de sus contrincantes.
Gesto solidario

Los diseñadores han encontrado distintas razones para modificar algunas de las principales camisetas de fútbol.
Algún coleccionista o hincha memorioso debe recordar aún la vez que Peñarol jugó con camiseta verde flúo. Fue en un partido contra River por el Campeonato Uruguayo Especial 2016. El uniforme honraba al club Chapecoense, luego de que el avión en el que viajaba su plantel principal se estrellara fatídicamente en Colombia.
Otros equipos como River Plate en Argentina y Sporting Cristal en Perú se vistieron de verde en memoria de los brasileños. Varios clubes alrededor del mundo (entre ellos Nacional) se solidarizaron llevando en su camiseta el escudo de Chapecoense.
El año pasado Chapecoense retribuyó el gesto. De cara al Mundial de Rusia, el club varió su camiseta con los colores del pabellón colombiano. Así, recordó al país donde fallecieron sus jugadores y de donde es originario el Atlético Nacional, equipo que en un noble gesto solicitó a la Conmebol la entrega de la Copa Sudamericana 2016 a los brasileños (con los que debían enfrentarse en la final) en homenaje a las víctimas.
Junto al Chapecoense otros equipos de Brasil (todos vestidos por Umbro) agasajaron a distintos selecciones mundialistas. Gremio de Porto Alegre saludó a Uruguay con la edición de una camiseta especial celeste (a $ 1.100). Al menos durante el Mundial, los gaúchos hincharon por los «charrúas».