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Uruguay entre los países de América Latina donde más subió el desempleo juvenil

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Los jóvenes de América Latina y el Caribe tienen más dificultades que los adultos al acceder al mercado laboral. Foto: Archivo El País

INFORME

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mostró a Uruguay como uno de los países de América Latina y el Caribe donde más subió el desempleo de los jóvenes.

El empleo de los jóvenes de entre 15 y 29 años se contrajo, en promedio, en 11 países de América Latina entre los que se encuentra Uruguay en la lista de los cinco países con mayor tasa de desocupación juvenil y entre los cinco en los que más creció la tasa entre enero y septiembre de 2019 frente al mismo período de 2018.

Los datos se desprenden del informe “Panorama Laboral” elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que, entre otras cosas, afirma que en América Latina y el Caribe más de 25 millones de personas buscan empleo y no lo consiguen.

Sin embargo, según la OIT este problema se acentúa en los jóvenes ya que “la elevada tasa de desocupación” de este grupo de personas triplica la tasa de desempleo de los adultos y este ratio se ha mantenido igual en las últimas décadas lo que “evidencia la situación de desventaja en la que se encuentra este grupo en el mercado laboral”.

Asimismo, el informe destaca que las mujeres jóvenes son las que presentan una mayor probabilidad de desocupación al compararlas frente a la situación de los hombres.

Entre los años 2013 y 2018, el empleo juvenil se contrajo en 11 países de la región, los cuales significan el 88% de la fuerza de trabajo ocupada juvenil en América Latina. Estos son: Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, México, Paraguay, Bolivia y Perú.

Durante esos años, la variación promedio anual del empleo juvenil en Uruguay ha sido negativa, de 1,86 punto porcentual, cifra superior al promedio de América Latina (1,52 punto), al de Argentina (-0,61 punto) y Paraguay (-1,16 punto), y con mejor desempeño que Brasil (-3,22 puntos porcentuales), Chile (-2,88 puntos) y Bolivia (-1,38 punto).

La desocupación afecta a uno de cada cinco jóvenes en América Latina y el Caribe y según el informe de la OIT, los más chicos -junto con las mujeres- “son particularmente vulnerables a los efectos de la desaceleración económica respecto al resto de los trabajadores”.

Es por eso que el estudio afirma que en un contexto de menor crecimiento económico, los trabajadores jóvenes tendrán mayores barreras a la hora de conseguir un empleo y condiciones laborales más negativas.

Esto se observó de forma clara en lo ocurrido durante los tres primeros trimestres del año 2019 en donde se registró una mayor desaceleración económica en la región y por ende un mayor impacto negativo en el desempleo juvenil.

Al analizar la tasa de desocupación juvenil de enero a septiembre de 2019 frente al mismo período de 2018, se concluye que los cinco países de América Latina y el Caribe con mayores tasas son (de menor a mayor): Argentina (26,9%), Uruguay (27,9%), Brasil (28,5), Santa Lucía (30,4%) y Costa Rica (31,1%).

Gallito Luis. Foto: Darwin Borrelli
La desocupación afecta a uno de cada cinco jóvenes en América Latina y el Caribe. Foto: Darwin Borrelli

En el caso de Uruguay registró una tasa de desempleo juvenil del 26,1% en los tres primeros trimestres del 2018, mientras que en el mismo período del año pasado dicha tasa se incrementó 1,8 punto porcentual al ubicarse en 27,9%.

Del grupo de los cinco países con tasas más altas de desempleo juvenil, solo Brasil y Santa Lucía lograron bajar las tasas de un período a otro, un 0,5 punto porcentuak y 12,9 puntos porcentuales, respectivamente.

Es decir que al evaluar los cinco países que más aumentaron la tasa de desempleo juvenil durante ese período también se encuentra Uruguay. En este grupo los países con mayor incremento fueron (de mayor a menor): Costa Rica (6,1 puntos porcentuales), Panamá (2,4 puntos), República Dominicana y Argentina (2 puntos) y Uruguay (1,8 punto).

Características generacionales.

Aunque los jóvenes en la actualidad sean más educados que los de las generaciones anteriores -dado que, según la OIT, buena parte del período en el que crecieron estuvo caracterizado por un contexto económico favorable en la región-, su inserción al mercado de trabajo sigue siendo significativamente precario.

En el caso de los jóvenes uruguayos, un 46,7% estudia mientras que un 53,3% no lo hace. Del grupo que sí estudia, el 30,3% lo hace a tiempo completo, el 12,1% tiene además un trabajo y el 4,3% está en la búsqueda de uno. Por otra parte, entre los que no estudian, el 35,7% trabaja, el 7,1% busca un empleo y el 10,5% es inactivo, es decir que ni estudia, ni trabaja ni está en la búsqueda.

Al ver la población juvenil desempleada por nivel educativo, el 20,7% posee educación primaria, el 16,9% secundaria y solamente el 7,5% tiene un nivel educativo superior. Si se analiza por tipo de desempleo, el 28,4% busca un trabajo por primera vez, mientras que el 71,6% ya tuvo y lo perdió.

Perspectivas: Un año que “puede empeorar”

En relación a lo que pueda ocurrir en 2020 en términos de empleo, el documento de la OIT manifiesta que “es probable” que en la demanda laboral de América Latina y el Caribe “se comiencen a observar los efectos de la fase de desaceleración del ciclo económico”.

Esto quedaría de manifiesto a través de dos fenómenos: por un lado, una tendencia a la contracción de la tasa de ocupación y por otro, un aumento “moderado” de la tasa de participación laboral, especialmente entre las mujeres.

Es que para el cierre de 2019, la tasa de desocupación regional promedio estimada es de 8,1%, una décima porcentual por encima del 8% de 2018. Según el organismo, “es un alza leve, pero aun así significa que más de 26 millones de personas están buscando empleo activamente”.

Esta situación “puede empeorar” en 2020 y esta tendencia al alza del desempleo podría acentuarse y llegar a 8,4% este año “si la región continúa enfrentando una situación de crecimiento económico moderado”, indicó el organismo.

Para evitar dicha situación, la OIT explicó que “los países de la región necesitarán fortalecer el diálogo social para el diseño de políticas socio-laborales” y afirmaron que eso es “especialmente relevante” para los próximos años puesto que se espera un menor crecimiento económico así como crecientes demandas ciudadanas.

En lo que refiere a a la empleabilidad juvenil, el organismo afirmó que “resulta prioritario” elaborar políticas sociolaborales que tengan como objetivo la promoción del empleo y el trabajo decente entre los jóvenes. Algunas de las soluciones propuestas fueron los programas de capacitación, los contratos de formación o aprendizaje, programas de subsidio al empleo y regímenes especiales para jóvenes.

“El manejo del adecuado balance entre realidades y expectativas requiere de mucho diálogo y entendimientos mutuos entre los actores de los mercados de trabajo”, concluyó la OIT.

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