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Uruguay, ¿gana o pierde con la pelea EE.UU.–China?

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Analistas estiman que el dólar estará al cierre de 2018 a $ 31.30 (consenso). Foto: A. Colmegna
MOVIMIENTO EN PUERTO DE MONTEVIDEO, CONTENEDORES, GRUAS, BARCOS, EMBARCACIONES, FOTO COLMEGNA, ND 20081128
ARIEL COLMEGNA

EN PIE DE GUERRA

La “guerra comercial” entre los dos gigantes abre oportunidades y desafíos.

En una esquina del cuadrilátero está Estados Unidos. En la otra, China. Las dos principales economías del mundo se calzaron los guantes y amenazan con desplegar una "guerra comercial" que se extienda más allá de las fronteras de estos pesos pesados.

El martes el gobierno encabezado por Donald Trump anunció su intención de subir 25% las tarifas que cobra para ingresar a suelo estadounidense a unos 1.300 productos provenientes del gigante asiático. China no demoró en devolver el golpe. Horas después, Pekín informó que aplicaría un arancel similar a 106 bienes del país norteamericano. La lista incluía la soja, la principal exportación de Estados Unidos a China. También carne vacuna, vehículos de pasajeros y whisky.

Mientras, el resto del globo sigue de cerca cómo va la contienda y proyecta escenarios para tratar de adelantarse a su desenlace.

¿Un encarecimiento de las exportaciones de Estados Unidos a China podría tener algún impacto para Uruguay? Este país asiático se ha convertido en su socio comercial más importante —el año pasado el 28% de las ventas nacionales al exterior tuvo a esa nación como destino— y algunas de sus principales colocaciones en ese mercado, como la carne o la soja, están incluidas en el listado que el gobierno chino dio a conocer días atrás.

Para el presidente de la Cámara de Comercio Uruguay - China, Gabriel Rozman, hay que andar con pies de plomo y no "basar una política" en algo que puede ser "circunstancial". "Porque de repente el señor Xi (Jinping, presidente chino) con el señor Trump se hacen una llamada telefónica y en cinco minutos se arregla y nosotros ahí nos quedamos, plantando arándanos otra vez que después no le vendemos a nadie". El empresario recordó así cuando, en una visita en 2007, el entonces mandatario estadounidense, George W. Bush, tiró la idea de que Uruguay produjera este fruto para exportarlo al país norteamericano. Después de un envión inicial, esta iniciativa no prosperó.

Más allá de hacer un llamado a la cautela, Rozman agregó que "a corto plazo" este escenario podría generar oportunidades "muy buenas" para Uruguay. "Lo que compra China de Estados Unidos, mucho lo podría comprar de Uruguay si lo pudiésemos dar con fiabilidad", dijo. Dentro de la canasta de productos que se podrían ver beneficiados Rozman mencionó soja, frutas y pollos.

La soja es la joya del intercambio comercial entre Uruguay y China. Con US$ 987 millones exportados el año pasado, la oleaginosa se coronó como el principal producto uruguayo en atravesar el globo y llegar a China. Le sigue la carne bovina, cuyas colocaciones a ese destino en 2017 sumaron US$ 607,6 millones, según datos de Uruguay XXI.

Caza.

Nicolás Santo es un uruguayo que se ha especializado en hacer negocios con China. Incluso trabajó tiempo atrás para el gobierno de ese país. Antes de detenerse en las consecuencias que este clima hostil a nivel comercial entre las dos economías más grandes del mundo podría tener para Uruguay, Santo aclaró que este fenómeno no debe mirarse de forma "aislada" sino que es fruto directo "de una tensión estructural que el crecimiento de China está generando".

Además, planteó, con la suba de aranceles propuesta, China está pegando en sectores de la economía estadounidense que "apoyaron a Trump", lo que podría "generar cortocircuitos domésticos importantes" al presidente.

Si la mira se pone en cómo podría mover sus fichas Uruguay en este contexto, Santo es optimista sobre cómo podría salir la jugada. "Si aprovechamos esta ventana de oportunidad y salimos a la caza de oportunidades en China, hay chances reales de abrir mercados para nuevos sectores", aseguró.

El uruguayo recordó que el viceministro de Finanzas chino barajó la posibilidad de incrementar las compras de soja desde América del Sur. "Es poco más que una oportunidad hecha a medida para Brasil, Argentina y, por supuesto, Uruguay", planteó.

Para Santo los vinos nacionales también podrían integrar el equipo ganador, "ahora que a sus competidores norteamericanos se les encarecerá el producto". En 2017 las exportaciones de vino nacional a China rondaron los US$ 100.000.

Santo también habló de oportunidades en servicios. Estados Unidos, dijo, lanza dardos al déficit comercial que tiene con China —que el año pasado alcanzó unos US$ 375.000 millones— pero tiene superávit en servicios. "China buscará atacar por ahí", señaló. "Si China establece medidas que desincentiven los viajes hacia Estados Unidos, tal vez América Latina en general y Uruguay en particular podrían beneficiarse", indicó.

Pero este optimismo no es compartido por todos. "Me cuesta encontrar alguna cosa positiva, ni siquiera en el corto plazo", dijo el director de la empresa especializada en granos Agrosur, Fernando Villamil. Bajo el supuesto de que estos anuncios se concreten, podría provocar un "desvío del comercio" y también incertidumbre sobre la formación de los precios futuros de la soja, añadió.

Más allá de que las compras chinas de soja podrían "concentrarse más" en esta parte del mundo, Villamil no anticipa que el sector en Uruguay gane con esta situación. En especial, porque la demanda mundial se va a retraer ante la interrogante sobre qué pasará.

Rozman insistió en ser precavidos. "Hay oportunidades, pero cuidado con invertir demasiado: si los otros dos se arreglan con un abrazo, quedamos en el medio", dijo. Por su parte, Santo coincidió en que todavía estamos frente a las primeras batallas. "Hay que aguardar con cautela y ver cómo evoluciona", dijo. Pero también se mostró confiado por el papel que puede jugar Uruguay: "para nosotros, no pinta nada mal".

Un acuerdo con china: un tren "expreso"

El presidente de la Cámara de Comercio Uruguay - China, Gabriel Rozman, dijo que, más allá de esta "guerra comercial" entre Estados Unidos y China, Uruguay debería "seguir avanzando" en un acuerdo con el gigante de Asia. Rozman también mencionó la metáfora del "tren" que se usó en la primera presidencia de Tabaré Vázquez (2005-2010) para hablar del (fallido) tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos. "Este es un expreso", dijo sobre un acuerdo de este tipo con China.

Cómo sigue la ruta de los aranceles de los dos países

De acuerdo a lo que se ha explicado, los aranceles propuestos por el gobierno de Estados Unidos para la lista de productos chinos que divulgó podrían entrar a regir semanas o incluso meses después del 22 de mayo. Esa es la fecha en la que terminará la instancia de consulta pública estipulada en la medida. Después de ese día, el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, tendrá hasta el 18 de agosto para redondear la lista arancelaria. The Washington Post informó días atrás que, pese a que es una jugada poco probable, el presidente Trump podría esperar otros 180 días más allá de esa fecha para imponer los nuevos aranceles. Los de China, por su parte, aparecerán una vez los de Estados Unidos empiecen a regir.

De hecho, el martes de la semana pasada, al ser consultado sobre si estas tarifas podrían nunca entrar en vigencia y actuar solamente como una táctica negociadora, el principal asesor económico del mandatario estadounidense, Larry Kudlow, dijo a un grupo de periodistas: "Sí, es posible. Es parte del proceso".

En tanto, el embajador chino en Estados Unidos, Cui Tiankai, también se refirió a este tema días atrás. "La negociación seguiría siendo nuestra preferencia, pero se precisan dos para bailar tango", ilustró en declaraciones recogidas por Reuters.

El presidente Trump se volcó a Twitter para expresar su punto de vista sobre este tema. "No estamos en una guerra comercial con China, esa guerra se perdió muchos años atrás por las personas tontas o incompetentes que representaban a Estados Unidos", dijo.

Un mes atrás el mandatario había recurrido a la misma red social para enviar un mensaje un tanto distinto. "Cuando un país (Estados Unidos) está perdiendo muchos miles de millones de dólares en el comercio con virtualmente cada país con los que hace negocios, las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar", escribió el 2 de marzo.

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