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Los resultados detrás de las empresas recuperadas

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Recuperadas. Sus trabajadores reciben un salario sustantivamente menor que el de sus pares con características similares en otras. Foto: Marcelo Bonjour

ESTUDIO

Un estudio analiza si sobreviven menos tiempo o no que las otras firmas.

Crisis puede ser, a veces, sinónimo de oportunidad. “En las recientes crisis económicas vividas por varios países desarrollados en la última década y durante las crisis vividas a principios del siglo XXI en Argentina y Uruguay se observó nuevamente la emergencia del fenómeno de las llamadas empresas recuperadas. Se trata de empresas capitalistas cerradas que volvieron a abrirse bajo el control de sus trabajadores”, indica el estudio

“Un análisis del desempeño comparado de empresas recuperadas, otras empresas gestionadas por sus trabajadores y empresas convencionales en Uruguay”.

“Si bien es obvio que uno de los objetivos buscados por estos trabajadores es el mantenimiento de sus empleos, no está claro cómo es el desempeño posterior de estas empresas. ¿Son las empresas recuperadas más proclives a fracasar que las demás empresas gestionadas por sus trabajadores o que las empresas capitalistas? ¿Los trabajadores de las empresas recuperadas perciben un mayor salario que sus pares de otras empresas gestionadas por sus trabajadores o de las empresas capitalistas?”, se pregunta el economista Andrés Dean del Instituto de Economía, autor del trabajo.

Para realizar el análisis, Dean utilizó “un panel de datos vinculados de trabajadores y empresas proveniente de registros de la seguridad social uruguaya”.

El autor define a las empresas recuperadas como aquellas que son “gestionadas por sus trabajadores” y “que surgen a partir de una empresa capitalista cerrada y que vuelve a abrirse bajo el control de sus trabajadores”.

A su vez, las empresas gestionadas por sus trabajadores “pueden definirse como empresas controladas en última instancia por sus trabajadores” donde “sus miembros tienen los mismos derechos de control político independientemente de sus aportes de capital” lo que “se traduce en que cada trabajador tenga un voto”, explica Dean.

Las empresas gestionadas por trabajadores “pueden surgir por impulso autónomo de un grupo de trabajadores o a partir de la transformación de una empresa convencional. Esta última forma incluye el caso de las empresas recuperadas”, agrega.

En el trabajo se recuerda que en 2012 el gobierno creó el Fondo para el Desarrollo (Fondes) como instrumento financiero para promover las empresas con gestión obrera.

“Entre 2013 y 2015 el Fondes utilizó recursos públicos para prestar US$ 70 millones (más del 0,1% del Producto Interno Bruto uruguayo) a 20 empresas gestionadas por los trabajadores”, indica el economista.

“De estas 20 empresas, 18 eran empresas recuperadas. En 2018, cuatro de esas empresas habían cerrado, la mayoría tenía problemas para repagar su deuda y el Fondes pasó a pérdidas US$ 65 millones de los US$ 70 millones prestados”, agrega. 

Fondes: “mala evaluación”

Para el economista Andrés Dean “evidentemente existió una mala evaluación de los proyectos de inversión” que apoyó el Fondes. “La preocupación del gobierno uruguayo por la pérdida de puestos de trabajo podría explicar el sesgo de los créditos otorgados hacia las empresas recuperadas”, afirma en el estudio. Uno de los casos en los que el Fondes dio créditos y el emprendimiento fracasó fue el de Alas Uruguay -la firma que formaron los extrabajadores de Pluna- al que aportó US$ 15 millones (el mayor crédito individual que aprobó). La compañía aérea comenzó a volar en enero de 2016, no llegó a durar un año (el 24 de octubre de ese mismo año suspendió sus operaciones para no volver) y se dictaminó su quiebra.

Resultados.

“Los resultados indican que las empresas recuperadas sobreviven más tiempo que las demás empresas gestionadas por trabajadores y que las empresas capitalistas. Este resultado se mantiene aun cuando se considera la diferente composición por ramas y cohortes de los grupos de empresas”, señala Dean.

“Por ejemplo, 10 años después de creadas las empresas, sobrevive aproximadamente el 10% de las empresas capitalistas, el 37% de las empresas gestionadas por los trabajadores por impulso autónomo y el 60% de las empresas recuperadas”, añade.

El tamaño inicial de las empresas recuperadas “es mayor que el de las otras empresas, posiblemente heredando parte de la escala de la empresa capitalista que la precedió. Este resultado se observa a pesar de que solo el 35,3% de los trabajadores de la empresa capitalista fundida conforman la nueva empresa recuperada”, encuentra el estudio. Esto “se agrava cuando se considera exclusivamente a los trabajadores del último quintil (20% más alto) de salarios de la empresas capitalistas preexistente. En dicho caso solo el 25,9% de los trabajadores forman parte del grupo fundacional de la empresa recuperada”.

Otro de los hallazgos del estudio es que “los trabajadores de las empresas recuperadas reciben un ingreso sustantivamente menor que el de sus pares con características observables similares en otras empresas gestionadas por trabajadores o empresas capitalistas (aproximadamente 21% menor). Sin embargo, cuando se compara las empresas recuperados con un grupo de trabajadores con un mayor grado de similitud, esto es que estén empleados en empresas creadas después de 1996 luego de haber estado trabajando en una empresa capitalista que cerró, no se encuentran diferencias relevantes”.

Agrega que “en este caso, los diferenciales de ingresos de los trabajadores de las en comparación a los que trabajan en empresas convencionales resultaron cercanos a cero”.

Por último, “la alta edad promedio de los trabajadores fundadores de las empresas recuperadas también estaría impactando negativamente en sus ingresos posteriores, así como a la alta antigüedad promedio en la rama y en la empresa en sus empleos previos. Este último resultado, podría estar indicando que la estrategia de mantener funcionando una empresa capitalista cerrada bajo la forma de una empresa recuperada y así poder seguir utilizando los altos niveles de capital humano específico acumulado por sus trabajadores, no estaría dando todos los resultados esperados”, dice.

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