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En rentas del capital, "el que tiene más paga menos"

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Tasas efectivas de importación. Foto: El País

Estudio: la tasa de imposición en 10% de más ingresos es menor al resto.

El decil más alto de la población (el 10% de mayores ingresos) tiene una tasa efectiva de imposición a la renta del 11,9%, es decir que ese porcentaje de sus ingresos está gravado por impuestos. Este número se compone de una imposición efectiva del 12,3% de los ingresos laborales, de 11,3% en las jubilaciones y de 9,9% de las rentas de capital.

La tendencia de una menor incidencia de las rentas de capital en la tasa efectiva de imposición, se mantiene al analizar los sectores más acaudalados dentro del decil 10. Es que el 1% más rico tiene gravados el 14,5% de sus ingresos totales pero el 9,6% de sus rentas de capital; el 0,5% más rico registra una imposición total de 14,6% de sus ingresos que cae a 9,5% en las rentas de capital; y el 0,1% de más ingresos posee una tasa efectiva de imposición del 13,7% y de 9,4% para las ganancias de capital.

Incluso el decil de más ingresos es el de menor imposición relativa de las rentas de capital. Todos los demás deciles tienen tasas entorno al 11%, que oscilan entre 11,2% (decil 9) y 11,8% (decil 3 y 4) lo que marca que no hay progresividad en el gravamen de estas ganancias.

Los números surgen del trabajo "Tendencias recientes de la desigualdad en Uruguay" de Mauricio Da Rosa, Andrea Vigorito y Joan Vila. Se tomaron como referencia los registros de la Dirección General de Impositiva (DGI) para calcular las tasas efectivas de imposición al año 2014, aunque también se realizó el cálculo con la base de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Según Vigorito, que presentó el estudio en diciembre en una conferencia organizada por el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, la tendencia observada se explica "por las distintas tasas a las que están gravados los distintos activos" que componen las rentas de capital: 7% las utilidades empresariales y 12% los alquileres y demás ganancias.

"En las rentas de capital las tasas efectivas (de imposición) decrecen para los estratos más altos" que es donde se acumulan las rentas empresariales, lo que genera "un enlentecimiento en las tasas efectivas totales", analizó la investigadora.

En esa línea, el trabajo revela según registros de DGI del 2012, que más del 80% de los ingresos del 0,01% más rico de la población derivan de rentas de capital. Este guarismo es superior al 60% para el 0,05% de mayores ingresos, alrededor de 50% para el 0,1%, en el entorno de 30% para el 0,5%, más de 20% para el 1% más rico y por debajo de 10% para el decil superior. Para el 90% restante de la población, las rentas de capital explican una mínima parte de sus ingresos —más del 60% son por trabajo—, lo que marca que la incidencia sube en la medida que aumenta la riqueza.

Respecto a la imposición del resto de los ingresos, Vigorito indicó que "se empieza a pagar impuesto a la renta bastante arriba, las tasas efectivas de las rentas laborales y de jubilación son muy bajas casi que hasta el decil 9". Esto aseguró que sostiene una progresividad en el gravamen de ambas categorías.

Dicha afirmación se comprueba al observar que en los seis deciles más bajos no hay registros de imposición tributaria, salvo un 0,1% en el decil 1 para los ingresos laborales. A partir del siguiente decil comienza un crecimiento gradual de las tasas, que en el caso de las rentas laborales se ubican en 0,4%, 2,2%, 5,2% y 12,3% respectivamente entre el decil 7 y el 10. Para el mismo segmento de ingresos, la imposición de las jubilaciones aumenta a 0,8%, 2,7%, 5% y 11,3%.

A su vez, el porcentaje de ingresos totales gravados por impuestos también muestra progresividad, pese a alguna variación en sentido contrario en los deciles iniciales. Hasta el decil 7 todos los registros son inferiores a 0,6%, con tasas menores a 0,2% entre el decil 2 y el 6. Luego crece a 2,4%, 5,3% y 11,9% respectivamente en los tres segmentos más ricos de la población.

Desigualdad.

La investigadora del Instituto de Economía sostuvo que el estudio revela que "el período de caída de la desigualdad ya terminó o está en pausa", dado que los indicadores marcan un estancamiento en la medición desde 2012 —el trabajo llega hasta 2014—. Esto se refleja al realizar el Índice de Gini (coeficiente que mide la desigualdad) tanto para ingresos totales como para remuneraciones laborales.

En el período 2009-2014 se mantuvo bastante estable la participación del 1% más rico en los ingresos totales de la población, variando entre 14,4% y 15%. Mientras que en el 0,1% superior la participación va de 5% a 5,5% en el mencionado lapso de años. También en el 0,01% de mayores ingresos está estable este guarismo, variando entre 1,6% y 2%.

Con estos números, Uruguay queda arriba en la clasificación de países según la participación en el total de ingresos del 1% más rico, aunque Vigorito precisó que hay restricciones en el acceso a los datos a nivel mundial. Estados Unidos, Sudáfrica y Colombia aparecen con mayor concentración de la riqueza que Uruguay.

Otro tema que abordó el estudio es la variación de los indicadores de desigualdad después del cobro de impuestos, para saber el efecto redistributivo de los tributos. Después del pago al fisco, la participación del 1% más rico se reduce al 13% en promedio para el período analizado, lo que indica aproximadamente un 10% de redistribución que aporta el pago de impuestos.

Vigorito analizó que "hay una asociación muy fuerte entre quienes están en los fractiles más altos de ingresos y quienes están en los fractiles más altos de riqueza". Esto se sustenta en los resultados del trabajo, pero también en estudios previos que marcaban una acumulación en el 1% más rico de la población del 25% de la riqueza y que al menos el 37% de la riqueza inmobiliaria proviene de herencias.

La participación de las mujeres en los ingresos.

El estudio también analiza el porcentaje de mujeres perceptoras de ingresos según los fractiles de la población en el período 2009-2014. Al presentar los números calculados en base a los registros de DGI, Vigorito señaló que la presencia femenina cae a medida que aumenta el sector de ingresos. En efecto, en el decil 1 (10% de menores ingresos) la participación de mujeres está en el entorno del 60% en promedio en el lapso de años estudiados, y baja paulatinamente a medida que crece el segmento de ingresos hasta ubicarse levemente por encima del 40% en el 10% más rico. Pero a la interna de ese sector hay cifras aún menores: alrededor de 25% es la participación de mujeres en el 0,1% de mayores ingresos, y desciende al entorno del 15% en el 0,05% y el 0,01% más rico de la población.

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Tasas efectivas de importación. Foto: El País

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