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La relación entre masa salarial y la desigualdad

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Persona en sillas de ruedas en una oficina. Foto: Archivo El País

ESTUDIO

Investigación pone el foco en este vínculo; también se analiza el papel de las utilidades de las empresas.

¿Cuál es la relación en Uruguay entre la masa salarial del conjunto de los trabajadores y la desigualdad existente entre quienes perciben esos ingresos?

Esta es una de las preguntas rectoras de "La evolución de las remuneraciones laborales y la distribución del ingreso en Uruguay", el Cuaderno sobre Desarrollo Humano N°10 de la serie El Futuro en Foco que desde 2013 es editado en Uruguay por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este trabajo —que se presentará públicamente hoy— fue adelantado la semana pasada por sus autores a un grupo de periodistas.

Andrea Vigorito, una de las investigadores a cargo de este estudio, comentó durante esa instancia algunos de sus principales hallazgos. La masa salarial, dijo la economista, es un "componente importante que genera una primera llegada salarial a los hogares (…) pero no nos asegura logros ni en términos de desigualdad ni en términos de índice de desarrollo humano", planteó.

Si bien la experta dio cuenta de la constatación de una "relación" entre estos dos fenómenos, no es "tan lineal", indicó. "No bastaría con aumentar la masa salarial para que las condiciones de vida automáticamente se distribuyan más", comentó.

De todas maneras, Vigorito indicó que se sabe que "si la masa salarial es muy baja las condiciones para la redistribución, las condiciones de partida, están mucho más restringidas". Para la economista, poner la lupa en estas interrelaciones permite "conocer las restricciones" que existen "para lograr una mayor distribución".

Los autores —además de Vigorito, participaron Mauricio De Rosa, Sabrina Siniscalchi, Joan Vilá y Henry Willebald— procuraron lograr una mirada de largo plazo acerca de la evolución de la participación de las remuneraciones laborales en el producto nacional. Para lograrlo, reconstruyeron cuatro momentos previos a 1950 (1908, 1919, 1936 y 1945) y se los juntó, entre otros, con los datos disponibles del Sistema de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU).

De esta forma, se pudo hallar un aumento de la participación de la masa salarial en las décadas de 1940 y 1950, explicó Vigorito, vinculado a la política de industrialización por sustitución de importaciones que el país implementó en esos años y también a la instauración de los consejos de salarios en 1943.

A partir de 1955 se observan caídas en los periodos de crisis y posteriores recuperaciones. "Pero no volvemos a llegar a esos niveles de los 40 y 50", dijo.

La investigación —uno de sus focos es el periodo 1997-2004— detalla que "sin considerar los periodos de crisis y recuperación, la participación es relativamente estable en los 17 años considerados, con una tendencia levemente ascendente hacia el final del periodo, en contraste con la evolución de la mayor parte de los países de la región". Entre 2009 y 2013 la participación de la masa salarial se ubicó en 40,6% del Producto Interno Bruto (PIB).

Región.

El impacto de las crisis en la masa salarial es uno de los elementos que diferencia a Uruguay y a la región frente a otras partes del mundo. Uruguay —que está "en un nivel bastante alto" de la participación de la masa salarial frente a sus pares latinoamericanos— cuando hay una crisis se produce "un deterioro de logros muy grande que después hay que remontar", dijo Vigorito. En los países desarrollados, en cambio, "los niveles son menos desparejos y más estables".

Si se mira qué pasa a nivel de las empresas, aquellas que tienen un peso mayor de los ingresos laborales "tienen también una mayor dispersión de remuneración, y tienen también muchos trabajadores de ingresos muy altos", planteó Vigorito. Por este motivo, "no necesariamente una alta participación de la masa salarial en las empresas nos asegura una mejor distribución".

Aquellas firmas con mayor participación salarial tienen también mayor peso de los salarios más elevados, con más del 12% de los trabajadores en el decil (el 10%) de mayores ingresos, detalla el estudio. Asimismo, se da cuenta de una "importante disparidad" entre los sectores de actividad. En las finanzas "muestran una importante desigualdad tanto para ingresos laborales como para utilidades", indica el trabajo.

Un "bajo" retiro de utilidades

La investigación también da cuenta de la participación de los ingresos según las fuentes. Durante la presentación del trabajo la semana pasada, Vigorito se detuvo en el rol de las utilidades y enfatizó lo "poco" que se sabe acerca de ellas en Uruguay.

"Una parte se reinvierten, otra parte queda en las empresas, y solo vemos lo que las personas retiran y se llevan de la empresa", dijo.

El estudio detalla que "una proporción muy baja de empresas (8%) registra retiro de utilidades, y no necesariamente todos los años", lo cual motivó "cambios en la reglamentación de la imposición a la renta de utilidades empresariales no retiradas en 2016".

Además, se indica que "entre los ingresos muy altos predominan los salarios elevados combinados con un fuerte peso de las utilidades empresariales, a la vez que se advierte una participación relevante de la renta mixta en los sectores muy altos, originado en los profesionales que tributan IRPF en régimen de IRAE", menciona el trabajo.

Por otra parte, se señalan "fuertes disparidades" producto del sexo de los perceptores de ingreso, "con una marcada subrepresentación de las mujeres en los estratos altos".

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