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"A los reguladores les falta atrevimiento"

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Guillermo Varela. Foto: Quatromanos

Guillermo Varela

Fue electo presidente de la Cámara de Economía Digital del Uruguay (CEDU) en febrero del año pasado y además es CEO de Handsoft S.A. y director de Plexo.

Como autoridad de la gremial, Varela cree que al sector de la economía digital le falta tiempo, capacitación profesional y un plan de acción definido para desarrollarse aún más. Respecto al papel que juegan los reguladores, considera que ”no están siendo lo suficientemente creativos ni contemplativos de los cambios que hay que operar”.

—En julio de este año comentaba que el sector de la economía digital estaba lejos de alcanzar una meseta. ¿Qué es lo que le falta para desarrollarse aún más?

—Tiempo, porque en Uruguay tenemos gradualismos al momento de implementar cambios y aceptar nuevas formas. También necesitamos una dosis de capacitación, tiene que haber más gente conociendo del tema. Y en tercer lugar, los tomadores de decisiones —que son quienes pueden acelerar la economía digital— tienen que tener definido un cronograma de las acciones que tienen que realizar.

—¿A quién le cuesta implementar más esos cambios, al empresario o al consumidor?

—Durante los primeros años, los que estábamos en esta industria nos chocábamos de frente con una mezcla de miedo e ignorancia que había sobre las compras en Internet y lo digital, creo que ya pasamos esa etapa y el consumidor ya está evangelizado. Y el empresario no es que navegue sobre un mar de ignorancia sobre el tema, es que la inversión en economía digital no está dentro de sus prioridades.

—¿Por qué considera que ocurre eso?

—Porque generalmente, quien maneja un negocio busca resultados inmediatos a la hora de invertir y la digitalización de la economía es algo que no se puede medir a corto plazo, aunque los resultados son para siempre.

—Se suele asociar a la economía digital con el comercio electrónico, pero el sector es mucho más amplio, ¿en qué área ve mayor potencial de crecimiento?

—En la progresiva eliminación del uso del efectivo, cada vez estamos transaccionando más digitalmente. Las fintech y las empresas de los jóvenes emprendedores también empujan hacia adelante. Además, si bien antes la economía digital estaba circunscripta a los que somos informáticos, ahora se empezaron a sumar (al sector) otros profesionales como contadores, economistas, políticos, abogados, analistas. Hay una expansión en la actividad más allá del comercio electrónico porque hay gente que se está profesionalizando.

—¿Cuáles considera que han sido las principales consecuencias de la ley de inclusión financiera?

—Una modificación atractiva es que la ley logró equiparar la oferta de productos y servicios a toda la población y no solamente a los que tenemos ciertos privilegios económicos. Además, ahora estamos incluyendo a mucha gente que estaba por fuera del sistema financiero y estar bancarizados les permite un progreso individual. Pero el aspecto más positivo es que la ley blanquea la economía, obliga a que los procesos sean los que tienen que ser y eso redunda en mejores beneficios para el usuario final.

—Sin embargo, ha sido una ley un tanto criticada por múltiples cámaras empresariales.

—Es una discusión compleja. Blanquear la economía implica un cambio drástico en la concepción de algunos negocios. En la economía digital un negocio que no puede pagar impuestos no es negocio pero en la economía tradicional hay algunas áreas grises. Es un desafío que tenemos por delante, porque la vieja forma de razonar algunas cosas ya no tienen cabida en el mundo de hoy.

—Hace poco tiempo, el Banco Central presentó la normativa para las plataformas de préstamos entre personas y hubo críticas por parte de las fintech. ¿Qué opinión le merece la actuación del regulador?

—Creo que le asiste razón a quienes ven en las autoridades una excesiva preocupación por mantener las viejas reglas, el "status quo". Tengo una dicotomía entre mi pensamiento y el del presidente de la Cámara. A nivel personal, creo que los reguladores no están siendo lo suficientemente creativos ni contemplativos de los cambios que hay que operar. Tengo confianza en las capacidades de los reguladores y de los emprendedores, es gente inteligente que busca construir de forma eficiente. No creo en la figura poética del gobernante malo que prohibe y censura frente al ciudadano que quiere progresar y no puede. Eso no es así. Pero también es verdad que a los reguladores les falta una pizca más de atrevimiento en entender las oportunidades que tenemos en la economía digital.

—¿Por qué cree que les falta esa "pizca de atrevimiento"?

—Porque prima el sentido de deber que tienen respecto de sus obligaciones. Si tomás un café con ellos de forma individual ves que están afín a no tener una postura tan restrictiva, pero son la autoridad y no pueden permitir que haya desbalances, y es lógico.

—En el brindis de fin de año de CEDU pidió ser más escuchado por el gobierno y tener más espacios de participación. ¿Cómo se da esa interacción hoy?

—El diálogo hoy es bueno y tenemos una visión parecida en algunos temas. Pero creo que si sumaran más voces, si pudiéramos aportar una mirada más integradora, eso los ayudaría a legislar, proponer y entender mejor las necesidades de cada uno. Estaría bueno poder tener un mínimo de contacto en algunas de las discusiones que se están dando.

—En líneas generales, ¿cómo evalúa entonces el rol que ha adquirido el gobierno en temas de economía digital?

—Como en todo gobierno, lo que más pesa en las decisiones es lo político, pero lo político y la economía digital son dos mundos de pocos puntos en contacto. A veces hay una cantidad de cosas que se demoran o que no se hacen por tiempos políticos y es inentendible.

—¿Siente que el sector es rehén de la política?

—No sé si rehén, pero el problema es que todos los temas tienen una lectura política. Estaría bueno que hubiera una constancia en la evolución del progreso que implica la economía digital, a nivel de las tomas de decisiones de los gobiernos y que no sea tan hija de los acuerdos internos de los partidos políticos o de los humores de cada uno de los actores. Creo que eso ayudaría a la madurez de todos los que estamos en el rubro para cada vez jugarnos un poco más y no ser tan tímidos.

—¿Qué líneas de acción se plantearon desde la CEDU para el 2019?

—Tenemos objetivos que tienen que ver con la profesionalización de los procesos internos de la cámara, necesitamos crear una estructura que sostenga el crecimiento del sector y para eso precisamos más socios. Sostenemos que hay una oportunidad en convertirnos en un país digital que entienda las nuevas reglas del mundo. Eso nos debería traer más prosperidad, creo que la economía digital es la plataforma de la prosperidad. Tenemos una oportunidad única, hay que ponernos a trabajar.

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