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Recta final para aparición de free shops en Brasil

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Brasil bajará a US$ 150 el monto que sus ciudadanos pueden comprar. Foto: Archivo

FRONTERA TERRESTRE

Empresarios en Uruguay buscan que el país vecino suba el tope a las compras de US$ 150 a US$ 300.

La fecha marcada en el calendario es el 1° de julio próximo. Ese día, si en el medio no sucede nada, se recortará el monto de las compras que los brasileños pueden realizar en los free shops uruguayos instalados en la frontera terrestre con el gigante norteño. De los US$ 300 actuales bajará hasta US$ 150.

Los empresarios del sector que tienen negocios abiertos en Uruguay buscan que el gobierno conducido por Michel Temer revea esta medida.

Cuando Brasil —que en 2012, por ley, dio luz verde a la aparición de "lojas francas" del lado brasileño — argumentó por qué había decidido reducir a la mitad lo que sus habitantes podrían gastar en Uruguay y en otros países fronterizos, dijo que respondía a una falta de reciprocidad. Mientras ellos permitían que las compras de sus ciudadanos ascendieran a US$ 300, el resto de los países mantenían topes más bajos cuando sus residentes visitaban Brasil.

A fines de marzo Uruguay intentó remediar esto. Un decreto del Poder Ejecutivo, condicional a que los países vecinos tomen una actitud similar, elevó a US$ 300 (desde US$ 150) el tope para compras de los uruguayos en los free shops de frontera terrestre. La pelota ahora está en la cancha de Brasil, pero Uruguay —tanto desde el gobierno como del sector privado— trata de que la administración del país vecino modifique algunos aspectos, en especial, lo relativo al tope para compras.

Con esto como telón de fondo, el viernes de la semana pasada el secretario general de la Cámara de Empresarios de Free Shops y Afines del Uruguay, Carlos Loaiza Keel, estuvo en Gramado (en el estado de Río Grande del Sur), para participar de la última edición de la Conferencia Nacional de la Unale, una organización que nuclea a legisladores brasileños.

En ese marco se celebró un seminario sobre la instalación de estas tiendas en el lado brasileño, que culminó con la redacción de una carta que, entre otros, solicita al gobierno federal la "equiparación" de las cotas en un mínimo de US$ 300.

Loaiza Keel dijo que se logró "sensibilizar" a los legisladores norteños porque "están pidiéndole a su gobierno que mantenga la cuota de US$ 300 equilibrada".

En caso de que esto no se logre, planteó, "el perjuicio puede ser muy grande y eso, tarde o temprano, también va a impactar a Brasil". Según el secretario general de la gremial "el sentido común indica que esto va a impactar negativamente en el sector de free shops de frontera uruguayos".

"El nivel de consultas y de interés de inversores por instalarse del lado brasileño es muy alto, y creemos que es un índice del potencial perjuicio que puede generar", comentó.

De todas maneras, Loaiza Keel indicó que si bien el momento es "difícil" también es "aprovechable". ¿Cómo? "Si aprovechamos para rediseñar y refundar nuestro régimen de frontera y hacerlo competitivo con Brasil, creo que en esos términos pueden convivir", dijo. Para esto, recalcó, es fundamental que haya "igualdad de condiciones normativas" entre los regímenes de ambos países.

Para el secretario general de la gremial, la aparición de estos comercios del lado brasileño podría ser una oportunidad para el sector en Uruguay.

"El hecho de que se instalen enfrente y de que haya actores brasileños que empiecen a generar un negocio propio va a llevar más gente", manifestó.

Debido al potencial que el régimen brasileño presenta, la clave está en "rediseñar" el sistema uruguayo para que "sobreviva", agregó Loaiza Keel.

Carta.

Ayer El País informó que, ante la inminencia de la aparición de los free shops en Brasil, un grupo de intendentes había manifestado su preocupación al presidente Tabaré Vázquez.

De hecho, el vicepresidente del Congreso de Intendentes, Marne Osorio (intendente colorado de Rivera), mandó una carta al mandatario en la que le pidió "producir resultados que se puedan conjugar con la realidad del país, evitando que medidas unilaterales de los Estados determinen impactos que fracturen un modo de vida atípico para el resto del país".

De acuerdo a un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) a pedido de la gremial del sector y divulgado el año pasado, en 2016 el departamento con mayor proporción de personas empleadas en este sector fue Rivera: 4,58% de los trabajadores estaba ocupado en free shops. Detrás se ubicaron Cerro Largo (2,19%), Rocha (2,51%) y Artigas (1,16%).

Diferencias con el régimen uruguayo

En 2012, una ley aprobada por el Parlamento brasileño habilitó la apertura de "lojas francas" de ese lado de la frontera. A fines de marzo de este año, la Receita Federal (el fisco del país vecino) reglamentó esta normativa. El diseño del régimen brasileño es diferente al uruguayo, algo que, aseguran empresarios del sector y actores políticos, dejará en desventaja a nuestro país. Entre otros, los free shops norteños podrán vender a brasileños, a diferencia de lo que pasa con los uruguayos; la lista de productos que podrán vender será más amplia; y tendrán una carga arancelaria menor.

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