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Preocupan cambios a IRAE por efecto sobre inversión

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El ministro quiere que haya más inversión para impulsar el crecimiento económico. Foto. M. Bonjour
Danilo Astori - Conferencia del Equipo Economico de Gobierno para explicar las medidas economicas a introducir en la Rendicion de Cuentas que empezaran a regir el 1 de enero del 2017, que incluye el aumento del IRPF, en la Torr. Ejecutiva, Mvdeo., ND 20160523, foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Para asesores y economistas van en contra del objetivo del propio gobierno.

"Apostar al crecimiento genuino por vía de la inversión no es un sueño", dijo días atrás el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori antes de anunciar las medidas de ajuste fiscal que introducen subas de impuestos, más la rebaja del IVA.

Sin embargo, una parte de ese paquete de medidas puede jugarle en contra del sueño.

El ajuste fiscal anunciado suma US$ 476 millones, de los que US$ 351 millones el gobierno estima obtener por aumentos de impuestos y los restantes US$ 125 millones por reducción de gastos.

Dentro de los US$ 351 millones adicionales que se esperan recaudar, el grueso provendrá del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) categoría II rentas del trabajo. Unos US$ 100 millones vendrán de ajustes en el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) y de modificaciones en el IRPF categoría I de rentas del capital.

Allí es donde hay un par de cambios que pueden desalentar nuevas inversiones a juicio de economistas y asesores.

Por un lado, se fija un tope anual a la deducción de pérdidas fiscales de ejercicios anteriores al pagar el IRAE. Actualmente la normativa del impuesto permite descontar las pérdidas netas que el contribuyente hubiera obtenido hasta cinco ejercicios anteriores. La propuesta del gobierno agregar una segunda limitación en el sentido de que tal deducción de tales pérdidas no pueda superar al 50% de la rentan neta positiva obtenida en el nuevo ejercicio.

Esto puede generar "no solo la posible anticipación del pago de IRAE en el tiempo —que en otras circunstancias se diferiría— sino incrementar el riesgo de que se llegue al período máximo de cinco años de generación de la pérdida de un determinado ejercicio sin haber podido hacer un uso pleno de la misma", señaló a El País el contador Félix Abadi del estudio Rueda, Abadi y Pereira.

Esta medida "podría desalentar a los proyectos de larga maduración que suelen acumular un período más o menos extenso de pérdidas antes de poder obtener ganancias", expresó.

En esa línea, el economista y socio de CPA Ferrere, Gabriel Oddone señaló a El País que "cuando un proyecto arranca, es nuevo, es normal que tenga un conjunto de ejercicios en los cuales pierde dinero. Por tanto, si limito el monto que puede ser deducido, estoy cambiando la tasa de retorno a los proyectos nuevos".

Agregó que "si rebajo la tasa de retorno, podría estar transmitiendo una señal para la inversión no muy positiva en un momento en que el país necesita inversión".

El asesor independiente, Diego Vallarino dijo a El País que comparte esa visión. "Hay muchos proyectos, sobre todo los nuevos, que demoran tiempo en consolidarse", afirmó.

Para Diego González, socio de Posadas, Posadas & Vecino, "es muy importante saber si esas pérdidas que no se permiten deducir se van a perder en el tiempo con los cinco años actuales o que quizás modifiquen la legislación en ese sentido y que esas pérdidas puedan ser imputadas por más de cinco años. Con lo que hay, si el único cambio que van a introducir la imposibilidad de deducir pérdidas por más del 50% de la renta, seguramente muchísimas pérdidas fiscales se van a ver imposibilitadas su deducción, lo que significa un aumento en la basase imponible del IRAE en definitiva".

Ganancias.

Otro de los aspectos cuestionados es sobre la fijación de un período de tiempo, luego del cual las utilidades de las empresas se consideran distribuidas y se hace pagar a los accionistas 7% por IRPF rentas del capital.

La normativa actual establece que salvo excepciones, cuando una sociedad procede a distribuir utilidades que hubieran estado gravadas en su obtención por el IRAE, debe tributarse al 7% el IRPF bajo categoría capital. La normativa propuesta establece un límite máximo de tiempo (tres años) al cabo del cual, aun cuando tal distribución no hubiera sido decidida por la sociedad, debe tributarse el 7% de IRPF como si ello hubiera ocurrido.

Para Oddone el hecho de que "las rentas quedan gravadas con la excepción de que sean reinvertidas en ciertos destinos, supone que hay que definir muy bien cuales son esos destinos. Hay otros conceptos, por ejemplo la inversión en capital de trabajo (contratación de personal), que debería ser contemplado".

Según González, "hay que esperar que la reglamentación fije qué entiende por reinversión, porque puede ser de muchos tipos. Una empresa puede mantener los fondos no distribuidos como capital de giro, resolver pagar deudas, puede con las utilidades no distribuidas adjudicarlas a otros destinos".

Agregó que no sabe "si es el mejor camino".

Por su parte, Vallarino consideró que "lo que hace el gobierno incentiva dos cosas: incentiva que la distribuyas y pagues IRPF o la reinviertas antes de los tres años y ahí exoneras impuestos. No veo que desincentive la inversión".

La motivación de estas modificaciones propuestas tiene un componente político a juicio de Oddone. "Tengo la sensación que las modificaciones del IRAE son más bien una señal política en el sentido de decir, no hacemos solo cambios que aumenten el impuesto a las personas que tienen rentas personales, también gravamos al capital. Ahora, hay que mirarlas con mucho cuidado en el momento de la reglamentación", afirmó.

El problema de las expectativas.

Para el consultor independiente Diego Vallarino, más allá de estas medidas que pueden jugar en contra de nuevas inversiones, la dificultad es otra. "Acá lo que hay es un problema grave de expectativas. La gente no se anima a tomar la decisión de inversión", dijo Vallarino a El País. "Hay mucha gente que me dice: yo tengo utilidad, no me fue tan mal, pero no me animo a invertir porque no me animo a comprometerme con las estandaridades de empleo, de exportaciones y demás" que permiten exonerar impuestos, relató el consultor. También dicen, "no sé qué otra decisión de este estilo va a tomar el gobierno. Te cambian la forma de liquidar, lo que genera más impuestos pero te incentiva a que inviertas para exonerar esos impuestos, genera incertidumbre", añadió.

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El ministro quiere que haya más inversión para impulsar el crecimiento económico. Foto. M. Bonjour

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