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El perfil más común del emprendedor uruguayo: hombre y de altos ingresos

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Trabajadores en una oficina. Foto: Archivo El País

ESTUDIO

El trabajo Global Entrepreneurship Monitor (GEM) examinó las características del ecosistema emprendedor uruguayo.

En Uruguay, la actividad emprendedora está mayoritariamente compuesta por hombres de altos ingresos, ya que la tercera parte del ecosistema emprendedor del país se explica por personas de estas características.

A esta conclusión arribó la última encuesta del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2018, estudio que midió el emprendedurismo en 54 economías del mundo y que se realiza en Uruguay desde el año 2006.

Los datos del trabajo -hecho en conjunto por la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y Uruguay XXI, en el marco de Transforma Uruguay; y la Escuela de Negocios IEEM de la Universidad de Montevideo- demostraron que en 2018 continuó consolidándose la actividad emprendedora en las primeras etapas de los proyectos.

Según explicó a El País el profesor del IEEM, Leonardo Veiga -quien participó en la elaboración del informe-, en el año “se registró un aumento leve” de la tasa de emprendedores nacientes (aquellos que iniciaron el proceso emprendedor, pero todavía no han pagado más de tres meses de sueldos).

Dicha tasa fue de 11,1% el año pasado, es decir que de cada 100 emprendedores de entre 18 y 64 años, hay 11 que forman parte de esta categoría. Este indicador osciló entre el 10% y el 11% desde el año 2014.

Asimismo, hubo un aumento de lo que se denomina tasa de nuevos emprendedores, que son aquellas personas que ya han pagado más de tres pero menos de 42 meses de sueldos. “Este indicador mide de forma más sólida la actividad emprendedora independiente, ya que se trata de emprendedores que tienen sus proyectos ya en marcha”, explicó Veiga.

En este caso, los datos de 2018 indicaron que la tasa de nuevos emprendedores se ubicó en 4,9%, continuando la recuperación luego de una fuerte caída en 2015.

Al analizar ambas categorías de emprendedores se obtiene la Tasa total de Actividad Emprendedora (TEA), que para 2018 reflejó un crecimiento con un resultado de 15,7%. “Esto es un punto porcentual por encima de lo que estuvo el año anterior”, destacó Veiga.

TEA por género y nivel de ingresos
TEA por género y nivel de ingresos

Para poder comprender la realidad de la actividad emprendedora uruguaya, el GEM complejiza aún más la medición y le suma a la TEA la actividad intraemprendedora. Bajo esta categoría, según detalló Veiga, están aquellas personas que emprenden dentro de las empresas.

El 2011 fue cuando la actividad intraemprendedora llegó a su máximo (16,4%), pero a partir de 2014 inició una tendencia decreciente de forma ininterrumpida, que se mantuvo hasta el año pasado cuando se ubicó en 7,6%.

Nivel socioeconómico.

Al desglosar los datos de acuerdo al nivel socioeconómico al que pertenecen los emprendedores, la encuesta del GEM reflejó una mayor participación de las personas con altos ingresos, con una tasa en torno al 8%. Mientras que en aquellos de ingresos medios se registró una participación de 4% y en el nivel bajo de 2%.

Para estudiar si hay diferentes comportamientos a la hora de emprender dependiendo del grupo socioeconómico al que se pertenece, el GEM analizó indicadores como: miedo al fracaso, autopercepción de capacidades para emprender, conocimiento de otros emprendedores, atractivo y prestigio del ecosistema y oportunidades percibidas para iniciar un proyecto.

En términos generales, la conclusión a la que arriba el estudio es que hay una estrecha correlación entre el nivel de ingresos y las actitudes, siendo los de mayores ingresos los que obtuvieron un mejor desempeño en el registro global.

Según explicó Veiga, los emprendedores de altos ingresos manifestaron bajo miedo al fracaso, alto conocimiento de otros emprendedores, alta autopercepción de capacidades, y un alto nivel de percepción de las oportunidades. Mientras que, por el otro lado, los emprendedores de ingresos bajos mostraron un peor desempeño a nivel global.

Género.

Cuando se desagregan los datos por género, el GEM revela que hay una “marcada diferencia” entre los emprendedores hombres y mujeres, siendo los primeros los que tienen una participación predominante en el ecosistema uruguayo.

“Si bien no estamos en los niveles de 2007, cuando la diferencia entre la actividad emprendedora masculina estuvo un 141% por encima de la femenina, siempre ha sido superior la cantidad de hombres que emprenden que de mujeres”, manifestó Veiga.

En el 2018 ese ratio fue de 57% y en el período 2006-2018, el promedio de ese ratio se ubicó en 90%, registrando una predominancia masculina en ambos casos.

El resultado “más sorprendente”, según Veiga, es que al analizar lo ocurrido en la TEA por género y por nivel socio-económico (ver gráfico), se observa que la “enorme diferencia” entre el emprendedurismo de hombres y mujeres, “no se reproduce en todos los niveles socioeconómicos”.

Oficina. Foto: Wikimedia
Oficina. Foto: Wikimedia

En el grupo de bajos ingresos la tasa de emprendedores hombres ha estado apenas un 7% por encima de la femenina entre 2006 y 2018. En el segmento de ingresos medios la tasa masculina se ha ubicado en promedio 55% por encima de las mujeres. Mientras que, en el de ingresos altos la tasa masculina supera a la femenina en un 116%.

“Estos datos señalan que, a mayor ingreso, mayor diferencia por género”, concluyó el docente del IEMM.

Una ley que llegó “como 10 o 15 años tarde” a Uruguay
La Comisión de Hacienda analiza el texto ya aprobado el año pasado por Diputados. Foto: Gerardo Pérez

La ley de Emprendedores fue aprobada por unanimidad en el Parlamento -surgió de un acuerdo multipartidario- el 11 de septiembre pasado, y entre otras cosas tiene como innovaciones la creación de una nueva forma societaria -las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS)- y la posibilidad del financiamiento colectivo (crowdfunding).

La norma se aprobó tras más de un año de debate parlamentario, idas y vueltas con las recomendaciones del ecosistema emprendedor y con correcciones por parte del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

En cuanto al impacto que esta innovación legal puede tener en las próximas encuestas del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el docente del IEEM, Leonardo Veiga, dijo a El País: “no creemos que la ley tenga impacto en el corto plazo, dado que aún falta tiempo para que se reglamente” y ponga en práctica.

Sobre esto, ayer en un evento organizado por la consultora CPA Ferrere, el presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Leonardo Loureiro, subrayó la importancia de la ley pero manifestó que la normativa debería haber salido “mucho antes” de lo que lo hizo. “Llegamos como 10 o 15 años tarde con la ley”, sostuvo y agregó que “si la hubiésemos tenido con más tiempo el crecimiento (de la economía) hubiese sido mayor”.

El socio de CPA, Bruno Gili, dijo que “Uruguay es como una piscina de dulce de leche, no te ahogás pero llegar de una punta a la otra te da un trabajo bárbaro”. En esa línea, remarcó la importancia de ser “rápidos y ágiles” al tomar decisiones para el mundo emprendedor.

El ecosistema de Uruguay respecto a la región

La encuesta del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) relevó datos además de diferentes países latinoamericanos. Según explicó el docente del IEEM, Leonardo Veiga, en términos generales el estudio concluyó que “hay una gran similitud” en el ecosistema emprendedor de Uruguay y Argentina, tanto en lo que refiere a los comportamientos como a los niveles de actividad emprendedora. Por otro lado, los países de la región que obtuvieron un comportamiento más destacado fueron Perú, Colombia y Chile.

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