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Lo "peor de ambos mundos": cómo salir de la estanflación

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El escenario que vive la economía uruguaya es muy complejo de gestionar.

Lo "peor de ambos mundos: no inflación por un lado y estancamiento por otro. Tenemos algo así como una estanflación". La frase pertenece al exministro de Finanzas británico Iain McLeod y fue utilizada para describir la situación económica de su país en 1965 en un discurso ante el Parlamento.

Actualmente, esa frase describe la situación de la economía uruguaya, que combina estancamiento de la actividad (el Producto Interno Bruto prácticamente no creció en los últimos siete trimestres desestacionalizado) con inflación alta (11% en 12 meses a mayo).

¿Qué es la "estanflación? El término usado por McLeod se repitió a fines de los 70 y principios de los 80 en Estados Unidos y algunos países europeos, recordó el socio de Deloitte, Pablo Rosselli. Allí, la "estanflación" fue una actividad que no crecía y una suba de precios persistente en torno o incluso por encima de 10%. Un "fenómeno poco conocido en el mundo", agregó.

Hasta ese entonces, "se asociaba la inflación alta al crecimiento económico, por presiones del lado de la demanda", indicó Rosselli.

El economista Aldo Lema señaló en su blog en 2013 que "las autoridades económicas" de ese entonces usaron "políticas expansivas de demanda —fiscales y monetarias— en un intento por mantener el crecimiento económico y atenuar alzas de desempleo, a cambio de aceptar un poco de más inflación. Su éxito de corto plazo los envalentonó y el uso de esas políticas se transformó en abuso". Añadió que "a la larga, sin credibilidad en los objetivos inflacionarios, ni en las políticas, el resultado fue estancamiento de la actividad y elevado desempleo, pero también alta inflación".

Rosselli dijo a El País que la economía uruguaya está en un período de estanflación. "Tenemos estancamiento económico que lleva varios trimestres e inflación persistente, con varios meses por encima de 10%", afirmó. De siete sectores que componen el PIB, hay cuatro que vienen en caída en los últimos trimestres (ver gráfico) y desde los 12 meses cerrados a febrero la suba de precios está en 10% o más.

El socio de CPA Ferrere, Gabriel Oddone había dicho en una entrevista con El País hace un mes que Uruguay estaba en estanflación y que "es muy complejo de gestionar porque las medidas destinadas a reactivar la economía, arriesgan más inflación y en un país como Uruguay con insuficiencia de instrumentos, muy pequeño, abierto y muy dependiente de los ciclos de precios a nivel internacional, no va a ser sencillo". Agregó que es difícil "sobre todo porque llegamos, no con un problema de fragilidad en las finanzas públicas, pero sí con un problema de sostenibilidad de la deuda".

En esa línea, Rosselli señaló que "la inflación dejó ser atribuible al crecimiento económico, explicada por factores de demanda" ya que ahora se explica por "la oferta".

Hay tres claves detrás de la presión al alza de los precios: suba de tarifas públicas (para corregir el déficit de las cuentas del Estado), la necesidad de procesar una baja del peso frente al dólar (porque Uruguaya está caro en dólares) y la suba de los salarios a más del 10% con indexación plena a la inflación, explicó.

De ese escenario, "lo nuevo es que el dólar empezó a subir en 2013" y el gobierno "debió apelar más a las tarifas públicas" para moderar el déficit fiscal que llegó a 4% del PIB en los 12 meses cerrados a abril, añadió Rosselli.

El estancamiento llegó tras 13 años de expansión de la economía. "La tasa de crecimiento de largo plazo y el ciclo de crecimiento de Uruguay están históricamente relacionados de manera muy firme con Argentina y Brasil" dijo Oddone y agregó: "es verdad que en los últimos años, Uruguay se desacopló de la región por un conjunto de circunstancias de las que la razón fundamental era: unos precios de exportación que se mantuvieron altos y asociado a eso un flujo de inversiones muy favorable. Ese escenario está en suspenso".

¿Cómo salir?

Para romper con la estanflación, "por un lado, está lo que no se debe hacer: Intentar compensar algunos de los shocks con políticas expansivas, lo que en un contexto de fuertes desequilibrios, sólo podría agravarla", aseguró Lema a El País.

Después, "están las políticas para retomar el crecimiento y moderar la inflación. La reactivación pasa por corregir esos desequilibrios, sobre todo el frente fiscal y de competitividad, sin dañar el potencial. Por ejemplo, mayores impuestos a los factores productivos, capital o trabajo, no sólo afectan el crecimiento de corto plazo, sino el tendencial", indicó Lema.

"En materia inflacionaria, otros países con estanflación, han logrado moderarla con un plan de estabilización creíble, que suele incluir ajuste de gasto fiscal, desindexación salarial y política monetaria contractiva. En el frente inflacionario, parece clave recuperar credibilidad en materia de metas e instrumentos", añadió.

Según Rosselli "el gobierno está tratando de modificar la indexación salarial" con "aumentos nominales" y correctivos (por la suba de precios efectivamente verificada) que "no garantizan una suba del salario real". Eso "debería contribuir en el mediano plazo a moderar la inflación". Lo otro "es tener mejores números fiscales" y "el gobierno se lo está planteando", indicó, con un ajuste (suba de impuestos y reducción de gastos) por US$ 460 millones.

Para impulsar la actividad "se necesita un dólar más alto" para tener "una competitividad adecuada" y eso "supone alguna presión inflacionaria adicional transitoria" e incluso "aceptar si necesario" una caída del poder de compra salarial, explicó. "Es quizás el precio que hay que pagar para salir de la estanflación", afirmó. Igual "Uruguay conoció cosas peores que la estanflación, como la crisis de 2002", concluyó Rosselli.

Uruguay ya lo vivió y cooperar "es más difícil".

Oddone señaló que la estanflación "genera mucha conflictividad social. A diferencia de un evento agudo que es mucho más costoso, pero donde la cooperación es mucho mayor —como en 2002—, en un evento estanflacionario es más difícil coordinar porque nadie percibe un abismo. Nadie quiere perder participación en un crecimiento muy menor o nulo". Entre 1956 y 1968, Uruguay vivió un período de estanflación. En aquella ocasión el crecimiento promedio del PIB para el período fue de 0,39% y la mayor caída, de 3,6% se registró en 1958, según un informe del Centro de Investigaciones Económicas. La suba de precios promedio fue de 43,5%, con un máximo de 132,8% en 1958. "Lo de hoy es más con referencia a países europeos en los 70 y 80", dijo Rosselli.

ESTANCAMIENTO ECONÓMICOFABIÁN TISCORNIA

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