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El “peligro” que corre Uruguay si no logra concretar acuerdos comerciales, según analistas

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Puerto de Montevideo. Foto: Estefanía Leal.
Barco remolcador empujador Lautaro C cargando containers - Vista de embarcaciones de carga amarradas junto a las gruas de Terminal Cuenca del Plata Katoen Natie, en el Puerto de Montevideo, ND 20220513, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

COMERCIO EXTERIOR

Especialistas en comercio exterior analizan la posición del país mientras el mundo avanza en acuerdos comerciales.

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Los gobiernos hicieron más que enfocarse en la emergencia sanitaria durante la pandemia. También siguieron firmando y renovando acuerdos comerciales.

Es cierto que esos procesos se enlentecieron, pero la mayoría no se paralizó e, incluso en ciertos casos, ocurrió lo contrario, como Israel que pidió a sus negociadores que aceleraran sus conversaciones con China.

Gran Bretaña también aumentó la velocidad de sus acuerdos, viendo que el Brexit le significa la pérdida de las preferencias arancelarias que tenía cuando era parte de la Unión Europea (UE).

La UE tampoco quiso descuidarse y trató de actualizar acuerdos, incluso con algunos países de América Latina, incorporando cláusulas sobre temas medioambientales.

Destaca la firma del RCEP de Asia Pacífico en noviembre de 2020 (en plena pandemia), considerado el mayor acuerdo comercial del mundo, incluso más que el T-MEC (Estados Unidos, México y Canadá) y que la UE. Las economías de los países miembro del RCEP suman el 29% del PIB mundial; y el acuerdo promete eliminar aranceles a las importaciones por los próximos 20 años. Nada menos.

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), aunque a menor ritmo, tampoco se detuvo.

Podríamos seguir mencionando casos, pero ¿dónde queda Uruguay en ese contexto? “Es peligroso quedarse fuera de la dinámica comercial internacional. Muchos países firmaron acuerdos durante la pandemia, Uruguay no lo pudo hacer”, dijo a El País Nicolás Albertoni, doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

Al decir de Albertoni, Uruguay debería revertir cuanto antes la desventaja de no formar parte de los acuerdos, considerando que la geopolítica se ha vuelto más que nunca de “alta interdependencia, complejidad e incertidumbre”.

“En los años 90 había unos 50 acuerdos comerciales y actualmente son alrededor de 500. El 90% de ellos son Tratados de Libre Comercio (TLC) y solo el 10% son uniones aduaneras, como el Mercosur. Estamos rezagados”, afirmó.

Gonzalo Oleggini, consultor en comercio exterior y logística, fue más allá: “El mundo ya tiene una red importante de acuerdos, tanto que no hay espacios para muchos más, es una realidad. A Uruguay le sigue faltando proactividad. Nos cuesta cerrar acuerdos”.

El consultor se refiere a que las limitaciones del Mercosur fueron discutidas por el gobierno y quedó clara la posición de que Uruguay iría en la línea de los acuerdos bilaterales (posición que reafirmó el presidente Lacalle Pou en una conferencia, sin embargo se volvieron a frenar los procesos.

Por ejemplo, el gobierno chino presentó su carta interés a Uruguay a principios de 2021 y, a pesar de la voluntad expresada por el presidente Lacalle Pou, no se hicieron mayores adelantos. “¿Dónde está el estudio de prefactibilidad que se iba a presentar a fines de 2021? Nadie, que yo sepa, lo vio. Se perdió impulso”, dijo Oleggini.

“Nos quejamos de los tiempos del Mercosur, pero cuando tuvimos la pelota en la cancha de Uruguay, también fuimos lentos, como en el caso de China (…) Para acelerar esas negociaciones, tiene que haber una participación diplomática presencial directamente del presidente de la República”, agregó.

Lo cierto es que a medida que el tiempo pasa, el índice de vulnerabilidad comercial de Uruguay va empeorando, porque los países con los que compite comercialmente están en calendarios de desgravación. Mientras ellos van bajando el arancel a cero, Uruguay sigue en el mismo punto, perdiendo competitividad.

Es decir, el gap con los competidores se hace cada vez más grande, porque ellos se acercan al arancel cero año a año.

Oportunidad

Analistas piensan que la guerra en Ucrania está generando una rendija de oportunidades para retomar y cerrar el acuerdo Mercosur-Unión Europea, en la medida en que Rusia y Ucrania han disminuido sus exportaciones de petróleo, gas natural, trigo, aceite de girasol y otros productos de todo tipo que la Unión Europea consume.

Esto puede beneficiar al Mercosur y a Uruguay como proveedores. De hecho, el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, pidió esta semana a sus socios europeos que avancen “definitivamente” en la ratificación de los acuerdos comerciales de la Unión Europea-Mercosur.

Ya la semana anterior a sus declaraciones, la Comisión Europea defendió la necesidad de ratificar nuevos acuerdos, debido precisamente el contexto geopolítico de la guerra y al aumento de la influencia de China en América Latina.

Esta posición se presenta lógica, sin embargo tiene su contracara. Cuando Emmanuel Macron fue reelecto presidente de Francia el 25 de abril, Ignacio Bartesaghi, doctor en relaciones internacionales, dijo a El País: “Es cierto que la necesidad de los commodities de América Latina (arroz y otros alimentos) son de interés de la UE en este momento, pero las urgencias de Francia son otras. Pienso que Macron se enfocará más en los asuntos locales y regionales de la Unión Europea. Además, Macron tiene una visión negativa del acuerdo Mercosur-Unión Europea y no cambiará ahora”.

No hay que olvidar que Francia preside el Consejo de la UE y Macron recibe fuerte presión interna para proteger la producción agropecuaria de us país, lo que pesa a la hora de destrabar o no el acuerdo con el Mercosur.

En todo caso, los puntos a negociar para cerrar el acuerdo Mercosur-UE son: el etanol, las cuotas de carne vacuna, los lácteos y las indicaciones geográficas, además de la polémica cláusula ambiental (que fue interpretada por analistas como una “excusa” de Europa para no firmar). “Cuando se logre cerrar el acuerdo Mercosur-UE, es probable que avance la negociación Mercosur-EFTA. Esos acuerdos no son vinculantes, pero implican la misma región geográfica y la estrategia de la Cancillería uruguaya es cerrar primero con la UE para pasar luego al de EFTA”, prosiguió.

Hoy Mercosur también tiene negociaciones con Corea del Sur, Canadá, Singapur.

En cuanto a Uruguay, en materia de acuerdos bilaterales, además de con China, existe una oportunidad con Turquía. La Cancillería recibió el pasado 6 de diciembre los términos de referencia para la eventual firma de un TLC con ese país, luego de explorar nuevos mercados comerciales y presentar una nota formal a esos efectos. También Uruguay ha considerado sumarse al PTT de los países de Asia-pacífico y, si bien aun no hay negociaciones, se están dando acercamiento a sus países miembros.

Declaración de Lacalle Pou como impulso

En entrevista con Clarín de Argentina el martes, el presidente Lacalle Pou afirmó “no soy un enamorado de los TLC”, pero habló sobre la necesidad de abrirse al mundo, conseguir cuotas en productos agropecuarios, extender las exportaciones de software a EE.UU., abrir nichos en el Reino Unido o usar acuerdos de complementación económica con Aladi para exportar arroz a Perú.

Ya se verá si estas nuevas declaraciones le agregan o no energía a las concreciones. Analistas concuerdan en que hay una mayor tendencia al proteccionismo en el mundo, debido a la crisis sanitaria y alimentaria. En ese marco, sin duda, el futuro de Uruguay pasa por firmar acuerdos, insisten.

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