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El Paraná y el río Uruguay se pueden unir con un canal

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El tren “Bella Unión Nº 1” saliendo de Salto con soja a Nueva Palmira. Foto: El País

Es a la altura de Paso de los Libres, río Aguapey

Seguramente pocos saben que los ríos Paraná y Uruguay, que corren de norte a sur, pueden conectarse únicamente a través del río Aguapey que desemboca sobre el río Uruguay a unos 8 kilómetros al norte de Paso de los Libres. Este sería el punto más cercano entre el río Uruguay y el Paraná -algo así como unos 20 o 30 kilómetros-, y entre ambos ríos se extiende lo que se conoce como el estero de Yberá.

Es un viejo proyecto que viene del siglo pasado o quizás de antes. Es un tema específico y atrayente que conocimos hace años a través del Ing. Diego Algorta, quien fuera jefe de la delegación uruguaya para el acuerdo de interconexión eléctrica entre Argentina y Uruguay en 1973. Entonces hablamos del pasabarco instalado en la represa Salto Grande que está ahí esperando, al que se suma otro proyecto del ingeniero salteño Guillermo Dubosc; también hablamos de los esteros de Yberá de los que tenía amplios conocimientos y buena voluntad.

A nosotros nos apasionó porque veníamos de ver en Europa un atajo que el río Danubio habían hecho los rumanos para acortar la salida al mar Negro, un canal artificial de 60 kilómetros para evitar recorrer más de 400 kilómetros hacia la salida por el delta; a la vez también se habían unido los ríos Rhin y Ródano.

El río Aguapey, que no es muy profundo, se alimenta de las alturas de las sierras de las Misiones, es poco caudaloso pero está bastante encañonado, y para la conexión habría que hacer varias esclusas y pequeñas represas para darle altura.

Es tan corta esta distancia que se dijo que los jesuitas intentaron esta conexión o desvío para evitar a los de Corrientes y Santa Fe. Pero bueno, eso fue historia.

Esteros

Hablemos de la belleza de los esteros. Para quien gusta de la naturaleza los esteros del Yberá tienen su atractivo, son tierras bajas y prácticamente sumergidas, abundan pájaros, garzas y yacarés. Hay dos lomas, una que va por Salada al este y otra que va por Perugorría al oeste, que separa los esteros del Yberá de las cuencas del Paraná y del Uruguay. Luego, en la parte sur el Yberá manda por el río Corrientes al Paraná y por el Miriñay al Uruguay. Los jesuitas pensaban utilizar el Aguapey para darle a este río un destino mejor que era la conexión.

Es un río muy barrancoso, aunque sería muy fácil represarlo para darle canales y altura. Son proyectos de futuro que nosotros llamamos inevitables, porque solo con pensar en ellos hace que en pocos años se transformen en realidad, así ha sido la historia de la humanidad, nos hacía entender Diego Algorta. Es la genial capacidad humana de proyectar el futuro, y si no recuérdese a Julio Verne.

El excanciller Homero Martínez Montero recuerda en uno de sus libros publicados sobre el río Uruguay, que el viajero francés Arsene Isabelle en 1833 lo remontó en un barco hasta San Borja, aprovechando una enorme crecida como la que tuvimos en 1959. La aspiración de navegar el río Uruguay más arriba de Salto Grande ha sido una constante en la historia de la exploración de este río; los esfuerzos para ello arrancan incluso antes de la colonización como ha quedado consignado en los testimonios escritos.

Las misiones jesuíticas necesitaron de la navegación y hasta donde se sabe la impulsaron, aunque tuvieron, obviamente, problemas con los arrecifes y saltos para salvarlos. Dos siglos más tarde Oyarvide recomienda la canalización de los rápidos de Salto Grande para permitir la navegación entre Buenos Aires y las Misiones.

A nosotros nos maravilla el río Uruguay por su anchura, su profundidad, su belleza natural y sus aguas claras.

(Seguiremos)

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El tren “Bella Unión Nº 1” saliendo de Salto con soja a Nueva Palmira. Foto: El País

MARÍTIMASEMILIO CAZALA

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