Las exportaciones e importaciones de China (en dólares) volvieron a caer en julio y las divisas ensombrecieron considerablemente las cifras anunciadas inicialmente en yuanes, que atestiguan la desaceleración persistente de un motor crucial para la economía del país.

El gigante asiático, principal potencia comercial del planeta, ha visto como se reducían sus exportaciones (calculadas en dólares) un 4,4% en un año a US$ 184.700 millones, indicó ayer lunes la Administración de Aduanas.

Las Aduanas habían publicados los resultados primero en moneda china y reflejaban una subida del 2,9% interanual. Esta diferencia sorprendente refleja de hecho la acusada depreciación del yuan con el dólar a lo largo del año transcurrido.

Las estadísticas de las Aduanas se miran con lupa para evaluar la salud de la segunda economía mundial: el comercio exterior sigue siendo uno de los pilares del PIB chino a pesar de los esfuerzos de reequilibrio realizados por Pekín.

El descenso de las exportaciones es más pronunciado de lo que se esperaban los analistas consultados por la agencia Bloomberg, que vaticinaban por término medio un retroceso del 3,5%.

Las importaciones del país también se han reducido por 21º mes consecutivo, un 12,5% interanual a US$ 132.400 millones. En yuanes, daba una bajada de un 5,7%.

De este modo, el excedente comercial interanual chino ha aumentado en 52.300 millones de dólares en julio, contra 48.100 millones el mes anterior.

Estos malos resultados se enmarcan en un panorama de por sí sombrío para la segunda economía mundial: la industria sigue lastrada por capacidades excesivas de producción masivas; el incremento de la deuda pública y privada inquieta y las reformas estructurales prometidas están atascadas
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El gobierno se esfuerza por reequilibrar el modelo de crecimiento del país hacia los servicios, las nuevas tecnologías y el consumo interno, pero la transición está resultando dolorosa.

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