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Juan Manuel Ruiz: “Escenario retador para Uruguay con debilidad de crecimiento”

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Juan Manuel Ruiz, economista jefe de BBVA Research para América del Sur. Foto: Leonardo Mainé

ECONOMISTA JEFE DE BBVA RESEARCH PARA AMÉRICA LATINA

"La incertidumbre en Uruguay es muy baja dependiendo de las elecciones", dijo el experto.

-Más allá de las particularidades de la región, ¿cómo está América Latina en este contexto de guerra comercial entre Estados Unidos y China y desaceleración de la economía mundial?

-Lo que pasa en América Latina depende mucho del contexto externo. El escenario central no está del todo mal: tenemos una desaceleración gradual, ordenada del crecimiento global, con un apoyo de los bancos centrales -y en el caso de China también fiscal- para proveer los estímulos para asegurar ese gradualismo y contener un aumento de la volatilidad financiera como tuvimos el año pasado. Es un escenario más retador para América Latina y eso se ha reflejado en nuestras previsiones de crecimiento, que ya recogen una corrección a la baja. La recuperación para América Latina la estamos posponiendo para 2020 con una expansión del 2,3% y el 2019 va a ser un año de crecimiento más modesto de 1,7%. Hay riesgos significativos alrededor de esa predicción central.

-¿Cuál es hoy el principal riesgo?

-Tenemos mucha incertidumbre del curso futuro de la política comercial de Estados Unidos en su relación con China, pero no solo, también lo tenemos en el caso de México con los anuncios recientes (de imponer aranceles a ese país), y hay otros frentes abiertos, por ahora un poco más calmados, con Europa y Japón. En particular, el que tiene con China tiene el potencial de ser muy disruptivo por el lado de flujos comerciales, con impacto significativo en el crecimiento porque América del Sur está muy enganchada a lo que es el ciclo en China con la demanda de commodities. Por el lado financiero puede haber un efecto negativo significativo en flujos de capital a la región y empeoramiento de condiciones financieras.

-El superciclo de precios altos de commodities terminó hace unos años y ahora se ve quienes hicieron los deberes durante la época de bonanza y quienes no, ¿a quiénes identifica en uno y otro grupo?

-Es más o menos claro que, dentro de América del Sur, en el arco del Pacífico, Colombia, Perú y Chile, uno ve mayor estabilidad y capacidad de absorber esos shocks externos. Por poner un ejemplo, Colombia recibió en 2015 con la caída a la mitad del precio del petróleo una de las mayores bajas de exportaciones de los últimos 60 o 70 años. Implicó un shock para su economía por aumento del déficit externo y en cierta medida comprometió las cuentas públicas, pero la capacidad de poder flexibilizar el tipo de cambio y que se ajuste a esa nueva realidad externa, ha permitido que Colombia reabsorba ese shock externo en un par de años. Sin pasar por una crisis ni cambiaria ni bancaria ni de balanza de pagos. Un shock de esa magnitud en la década del 80 en cualquier país de América Latina hubiera significado alguna de esas tres o las tres crisis juntas. Donde no ha habido tanta fortaleza en los fundamentos macroeconómicos es en Argentina y Brasil, por razones completamente diferentes.

Juan Manuel Ruiz, economista jefe de BBVA Research para América del Sur. Foto: Leonardo Mainé
Juan Manuel Ruiz. Foto: Leonardo Mainé

-Mencionaba a Argentina y Brasil, ¿en cuánto tiempo podrán recuperarse y crecer a su potencial?

-Lo podemos ver rápidamente, siempre y cuando se produzcan en esas economías los consensos necesarios para tomar las medidas que están perfectamente identificadas y que son necesarias. En Brasil lo que hay es un problema fiscal, de déficit muy elevado y por tanto una de las primeras cosas que hay que hacer y con una cierta urgencia es una reforma del sistema de pensiones. Si esa reforma se produce y es lo suficientemente ambiciosa, creemos que Brasil tiene la capacidad de crecer a tasas más cercanas a su potencial, del 3%. Es un problema políticamente complicado y nuestra expectativa es que probablemente esa reforma no sea todo lo ambiciosa que se necesitaría y probablemente se termine aprobando una reforma que permita tener una cierta calma por el lado fiscal. Así, podríamos ver a Brasil creciendo a ritmos del 2%.

-¿Y en Argentina?

-En Argentina es lo mismo. Los consensos pasan por el resultado electoral este año y qué tipo de políticas económicas van a surgir. Si tenemos un consenso por continuar reabsorbiendo los desequilibrios macroeconómicos en Argentina y continuar con el fortalecimiento institucional o no. Es lo que la sociedad argentina tiene que decidir. A partir de ahí, el potencial de Argentina perfectamente puede sostener tasas de crecimiento de 2,5%, 3% a partir de unas políticas que continúen ordenando el manejo macroeconómico y ya empiecen a pensar en reformas más allá del simple manejo de la macro.

-¿Eso sería más para 2021 o 2022?

-Incluso en 2020. Una vez pasada la incertidumbre electoral y una vez que quede claro cual va a ser el lineamiento económico de los próximos cuatro años, creemos que en el 2020 ya podríamos estar viendo un rebote de la actividad importante incluso para llegar al 3%. Pero en este momento hay incertidumbre sobre cuáles van a ser esos lineamientos.

-Con este escenario internacional y regional, ¿cómo ve a Uruguay?

-Es un escenario retador para Uruguay. Aparte de lo que es el entorno exterior para América Latina, Uruguay se encuentra entre dos economías muy grandes como Argentina y Brasil y por tanto ese efecto de derrame existe. Es cierto que Uruguay ha dado pasos importantes en los últimos 16 años, desde la última crisis, para tener una estructura productiva y de financiación que lo hace menos vulnerable a lo que sucede en el ciclo económico brasileño y argentino, pero hay sectores donde sobre todo la economía argentina es clave, como el turismo. Ese efecto negativo ya lo hemos visto en la temporada y mientras siga un lastre por el ciclo económico argentino, va a seguir impactando. En Uruguay hemos visto una debilidad del crecimiento y de la demanda interna el año pasado y este año. Hay noticias positivas como el hecho de que continúan los planes para la gran inversión de UPM que junto a las obras conexas, puede contribuir a reanimar la demanda.

-¿Cuál es el principal problema que identifica en Uruguay? ¿El fiscal?

-Sí. Estaría de acuerdo en que por lo menos es donde más hay que trabajar, en términos de ofrecer un debate y una vía de consolidación fiscal desde los niveles actuales (de 4,8% del PIB). Esto no quiere decir que Uruguay tenga el tipo de vulnerabilidad que hablábamos en Brasil, porque el nivel de activos (de reserva) que tiene Uruguay es de los más altos en relación a su economía de América Latina, el manejo de la deuda reduce muchísimo esa vulnerabilidad. Pero es cierto que cuando uno mira el déficit, hay trabajo por hacer para reconducirlo a niveles más bajos.

-¿Políticamente ven esa diferencia como en Argentina en cuanto a cómo encararlo?

-No, por supuesto que no. Esa es una gran diferencia con Argentina, donde el proceso electoral que tenemos este año va a definir una vía u otra y la diferencia entre ambas es muy grande. En Uruguay, la incertidumbre es muy baja dependiendo del resultado de las elecciones. No cree-mos que vaya a haber muchas diferencias en el manejo macroeconómico dependiendo de una opción u otra.

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