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IRPF: bajar mínimo mejora redistribución dice estudio

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Un alivio de tributario a la clase media es lo que ofrece Bordaberry. Foto: Archivo.
Dirección General Impositiva, DGI, largas filas en la oficina de Cassinoni y Colonia por declaraciones del IRPF , colas de gente esperando para ser atendido, foto Ariel Colmegna, Archivo El País, nd 20130729
Archivo El País

Mínimo no imponible del tributo es bajo en la comparación internacional.

El actual diseño del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) mejora la distribución del ingreso y si bien Uruguay está entre los países de la región que logran mejores resultados distributivos a través del mismo, "este resultado es bastante inferior al que se obtiene para el promedio de la Unión Europea (UE) o Estados Unidos". Una reducción del mínimo no imponible (dejando igual el resto del impuesto) o una suba de las tasas aplicadas mejorarían el impacto redistributivo del IRPF, sostiene un estudio.

El trabajo "Equidad vertical del sistema de imposición a las rentas de las personas físicas en Uruguay" de María Carnevale y Victoria Novas será presentado la próxima semana en las XXXI Jornadas Anuales de Economía del Banco Central (BCU).

Las autoras sostienen que "el IRPF considerado en su conjunto mejora la distribución del ingreso en casi 2 puntos (del Índice) de Gini". Eso deja a Uruguay por debajo de países como México, Chipre, España, Estonia, Lituania, entre otros que obtienen un mayor impacto redistributivo.

"El impacto distributivo obtenido se explica por una reducida incidencia impositiva media del IRPF, es decir, la recaudación del impuesto es baja. Así, la tasa media efectiva del impuesto global medida como el total recaudado sobre el total de los ingresos es apenas 5,69%. Esto se explica en parte por el alto porcentaje de población informante que no es contribuyente", afirman.

En 2015, el IRPF recaudó US$ 1.489 millones (el 14,8% de todos los ingresos de la Dirección General Impositiva). Casi el 90% del IRPF recae sobre la Categoría II (rentas del trabajo)

"El mínimo no imponible (MNI) es un elemento de la estructura impositiva que suele tener fundamento en la necesidad de dejar sin gravar un monto de ingresos considerado de subsistencia. A su vez, el MNI es un elemento que contribuye a dotar de progresividad al impuesto ya que hace que las tasas medias efectivas sean mayores a medida que aumenta la renta", recuerdan Carnevale y Novas. En la "comparación internacional, Uruguay se ubica entre los países con un tramo exento más amplio" ya que de las personas que obtienen rentas del trabajo, el 61,4% queda por debajo del mínimo y por ende no paga el IRPF. Actualmente, el mínimo es $ 23.380.

"El total del IRPF recaudado se obtiene en un 81,3% del aporte que realizan las personas comprendidas en el décimo decil", señalan, es decir el 10% de la población con mayores ingresos. El 13,5% lo aporta el noveno decil, el 3,7% el octavo. Esto es, el 20% de la población de más ingreso aporta 94,8% de la recaudación del IRPF.

Por su parte, "la escala tarifaria resulta altamente progresiva. Sin embargo, su impacto redistributivo resulta acotado debido a su baja incidencia recaudatoria media que responde, en parte, a un MNI elevado", aseguran Carnevale y Novas.

El IRPF grava con tasas de 10%, 15%, 20%, 22%, 25% y 30% según los diferentes tramos de ingreso. Por ejemplo, por la franja de $ 23.281 a $ 33.400 se paga 10%. Eso implica que alguien que obtiene $ 35.000, por $ 23.380 no paga nada, el 10% se aplica sobre lo que supera el MNI hasta $ 33.400 y el 15% se aplica solo a la diferencia entre $ 33.400 y $ 35.000. De aprobarse la Rendición de Cuentas, las tasas cambiarán a 10%, 15%, 24%, 25%, 27%, 31% y 36% (ya que además se generó una nueva franja de ingresos).

En el IRPF categoría II, "tanto las tasas como el MNI contribuyen a mejorar la distribución del ingreso, siendo las tasas las que aportan casi todo el efecto redistributivo", indican.

El análisis hace simulaciones de cambios en el IRPF y cómo afectarían la distribución del ingreso y la recaudación del tributo, entre otros aspectos.

Uno de esos cambios, es ver cómo se comporta el impuesto con diferentes mínimos no imponibles. Allí, la simulación muestra que el mínimo que tiene el mayor impacto redistributivo se ubica en 54 Bases de Prestaciones y Contribuciones Anuales (4,5 BPC mensuales, es decir $ 13.374 cuando se hizo el estudio, actualmente equivale a $ 15.030). Por encima de esa cifra o por debajo, el impacto redistributivo disminuye. Bajar el mínimo actual de $ 23.280, mejoraría el impacto redistributivo siempre que no pase de ese umbral de $ 15.030.

Por otro lado, también simularon cambios en las tasas. Uno de ellos definido como escenario I "es el que posee la estructura de tasas más empinada en relación a la estructura actual, partiendo de un valor más bajo de tasas (5%) para el primer tramo y alcanzando un valor más alto (50%)". Este "resultó ser el menos redistributivo debido a que el tipo medio es muy bajo", sostienen.

"El escenario 2 tiene las mismas tasas que la estructura actual para los primeros tramos, pero aumenta sustancialmente en los dos últimos tramos" (a 40% y 50%). Esto "es apenas más progresivo y redistributivo que el escenario actual y la recaudación solo aumenta en un 4%", señalan Carnevale y Novas. "Por su parte, el escenario 3 es el que posee una estructura de tasas más aplanada que la actual, gravando al primer tramo con una tasa mayor (18%) y al último con la misma tasa que la situación actual" y "resulta ser muy poco progresivo y su recaudación es 22% mayor que la actual. Esto se debe a que grava más fuertemente los tramos de ingreso más bajos, donde se concentra la mayor cantidad de gente", indican.

Por último "el escenario 4 mantiene la progresividad de la escala original pero aumenta todas las tasas marginales (llevando la máxima a 45%)" y "logra un impacto redistributivo y una progresividad casi un punto mayor que el actual. Pero con estas subas, la recaudación global aumentaría 41%", concluyen.

Deducciones no juegan papel.

Carnevale y Novas sostienen que "las deducciones y los créditos (como el de cuota hipotecaria o alquiler) no juegan un papel en la redistribución de la renta, lo que responde básicamente al bajo peso que tienen estas en el total de la recaudación del impuesto.

Dentro de las deducciones, son las proporcionales las que tienen mayor peso en su cuantía, así como un mayor efecto sobre la progresividad del impuesto. El resultado de las deducciones personales, las cuales incluyen las deducciones por hijo, no fue el esperado ya que son los hogares de menores ingresos los que tienen en promedio más hijos y por lo tanto es a quienes se esperaba fueran los beneficiarios de este impuesto de menos. Sin embargo, también son los hogares de menores ingresos los que no pagan IRPF".

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